domingo, 7 de agosto de 2011

LA CIMA DE LA PERFECCIÓN CRISTIANA

Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos según el poder que actúa en nosotros. Efes. 3:20

Si hacéis de Dios vuestra fortaleza podréis alcanzar, aun bajo las co
ndiciones más desalentadoras, una altura y una amplitud en la perfección cristiana que ahora os parecen imposible de lograr. (Foto. El escalador sube la cima de la montañas, tiene fe en conseguirlo y se apoya en su experiencias, el cristiano se apoya en su Dios).

Vuestros pensamientos pueden ennoblecer; podéis tener aspiraciones dignas, vislumbres claras de la verdad y propósitos de acción que os eleven por sobre toda motivación sórdida.

Si deseáis alcanzar la perfección del carácter debéis poner en juego el pensamiento y la acción. Mientras os halléis en contacto con el mundo, debeis cuidaros de no buscar ansiosamente el aplauso de los hombres ni de vivir conformándoos a su opinión.

Actuad prudentemente si queréis andar por caminos seguros; cultivar la gracia de la humanidad y apoyar vuestra alma desvalida en Cristo. PODÉIS SER HOMBRES DE DIOS EN TODO SENTIDO. En medio de la confusión que representa el tumulto mundano, podéis mantener con toda tranquilidad la independencia de vuestras almas, (foto. Estas montañas se forjaron, con la lluvia, el sol, y el viento; y tu y yo ¿como nos forjamos para Dios).

Si tenéis comunión con Dios, aprenderéis a estimar a los hombres en la m
edida en que él lo hace, y cumpliréis con agrado el deber que tenéis de auxiliar a la humanidad sufriente. No sois dueños de vosotros mismos. El Señor tiene derechos sagrados sobre vuestros más grandes afectos y el servicio supremo de vuestra vida.

Tiene derecho de usaros para su honrar y gloria hasta el limite máximo de vuestra capacidad física y espiritual. Sea cual fuere la cruz que os toque llevar. . . bebéis
aceptarla sin una queja.

Muchos vienen sin Dios y sin esperanza. . . Son pecaminosos, corrompidos, degradados y se hallan cautivos de los engaños de Satanás. Pero son precisamente aquellos a quienes Cristo vino a redimir.

So el objeto de sus más tierna compasión, simpatía e incansables esfuerzos, pues se hallan al borde de la ruina. Sufren por sus deseos insatisfecho, por sus pasiones de
sordenadas y por los reproches de su conciencia; se sienten miserables en todo el sentido de la palabra, pues están perdiendo su esperanza para esta vida y no tienen ninguna perspectiva para la vida futura. (foto. Yellowstone, se alza hacia los cielos dando gracias a Dios por moldearlo, para que todos lo vean. Así quiere hacernos Dios para su gloria).

Tenéis un campo de labor importante. Debéis ser activo y vigilantes y obedecer gozosa e incondicionalmente las demandas sel Maestro.
[¿Algunos hacemos estos en nuestras vidas? ¡HAY! de nosotros si no obedecemos a nuestro Dios.]

G.W.

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