jueves, 11 de agosto de 2011

EN ARMONIA CON SU LEY

Dame entendimiento y guardaré tu ley, la cumpliré de todo corazón. Sal. 119: 34.

En el nuevo nacimiento el corazón viene a quedar en armonía con Dios, al estarlo con su ley. Cuando se ha efectuado
este gran cambio en el pecador, entonces ha pasado de muerte a vida, del pecado a la santidad, de la transgresiones y la rebelión a la obediencia y a la lealtad. . . (foto. El estudio de la palabra transforma).

Falsas teorías sobre la santificación, debidas a que no se hizo caso de la ley divina, o se la rechazó, desempeña importante papel en los movimientos religiosos de nuestros días. Estas teorías son falsas en cuanto a la doctrina y peligrosa en sus r
esultados prácticos, y el hecho de que hallen tan general aceptación hace doblemente necesario que todos tengan una clara compresión de lo que las Sagradas Escrituras enseñan sobre este punto.

La doctrina de la santificación verdadera es bíblica. El apóstol Pablo en su carta a la iglesia de Tesalónica, declara "Esta es la voluntad de Dios, es a saber, vu
estra santificación". Y ruega así: "El mismo Dios de paz os santifique del todo" (1 Tes. 4:3; 5:23, vm).

La Biblia enseña claramente lo que es la santificación, y cómo se la puede alcanzar. El Salvador oró por sus discípulos: "Santifica
los con la verdad: tu Palabra es la verdad" (Juan. 17:17. VM). Y San Pablo enseña que los creyentes deben ser santificados por el Espíritu Santo (Rom.15. 16). (foto. La oración privada transforma al hombre).

¿Cuál es la obra del Espíritu Santo? Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando viniere aquél de verdad, él os guiará al conocimiento de toda verdad" (Juan 16:13). Y el salmista dice: "Tu ley es verdad". Por la palabra y el Espíritu de Dios quedan de manifiesto ante los hombres los grandes principios de justicia encerrados en la ley divina.

Y ya que la ley d
e Dios es Santa, justa y buena, un trasunto de la perfección divina, resulta que el carácter formado por la obediencia a esta ley será santo. Cristo es ejemplo perfecto de semejante carácter. . . (foto. Pablo y el centurión Romano, por la palabra llegaron a conocer a Dios).

Los discípulos de Cristo han de volverse semejantes a él, es decir, adquirir por la gracia de Dios un carácter conforme a los principios de su santa ley. Esto es lo que la Biblia llama santificación. Esta obra no se puede realizar sino por la fe en Cristo, por el poder del Espíritu de Dios que habite en el corazón.

G.W.


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