sábado, 6 de agosto de 2011

ALCANCEMOS UN ELEVADO NIVEL ESPIRITUAL

Aquel que es poderoso para guardafrenos din caída y presentaros sin manchas delante de su glorias con gran alegría. Jud 24.

Cristo fue obediente a todo requerimiento de la ley. . . Por su perfecta obediencia ha hecho posible que cada ser humano obedezca los mandamientos de Dios. Cuando nos sometemos a Cristo, el corazón se une con su corazón, la voluntad, la voluntad se fusiona con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente, lospemdsmientos se sujetan a él; vivimos su vida. (foto.El Espíritu de Dios en dorma de paloma)


Entonces cuando el Señor nos contempla, él ve no el vestido de la hoja de higuera, y no la desnudez de la deformidad del pecado, sino su propio manto de justicias, que es la perfecta obedienci
a a la ley de Jehová.

Mediante el plan e la redención. Dios ha provisto medios para vencer cada sargos pecaminoso y resistir cada tentación, no importa cuán poderosa sea.(foto. Por medio de su palabra tenemos paz, para com Dios y el hombre).


La tentación más poderosa no puede excusar el pecado. Por intensa que sea la ejercitad sobre el alma, la transgresión es un acto nuestro. Ni la tierra ni el infierno tiene poder para obligar a medir a pecar, Debe haber consentimientos de la voluntad, sometiendo del corazón, pues de otro modo no puede vencer a la razón,ni la iniquidad triunfara sobre la justicia.

Si permanecéis bajo el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel, haciendo finalmente su servicio, nunca tendréis que cede a la tentación, pues estará a vuestro lado Aque
l que es poderoso para guardaros sin caída.

No tenemos motivos para conservar nuestra tentaciones pecaminosos. . . A medida que nos hagamos participante de la naturaleza divina, se irán almenado del carácter las tendencias al mal hereditarias y cultivadas, y nos iremos trasformando en un poder viviente para el bien.(froto. Yo soy el camino).

AL aprender constantemente del Maestro divino, al participar diariamente de su naturaleza, cooperamos con Dios en vencer las tentaciones de Satanás. Dios y el hombre obran de común acuerdo a fin de que éste pueda ser uno con Cristo así como Cristo es uno con Dios. Entonces nos sentaremos jutamente con Cristo en los lugares celestiales, y nuestra mente reposarán en paz y seguridad en Jesús.
G.W.

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