domingo, 21 de agosto de 2011

FIELES SIN TEMOR.

Más el pueblo que conoce a su Dios se esforzara y actuará. Dan. 11:32

Durante mil años estuvieron escondiéndose en las montañas. Se reunían en cavernas con entradas disimuladas que ciento de soldados que los perseguían no podían encontrar. Estos soldados eran mercenarios contratados por la santa sede del vaticano, la sentencia del Papa era inmutable; matar aquellos que guardaban los mandamientos de Dios. Foto. El juicio contra Juan Hus, en Costanza)

Tenían sólo lo necesario para sus necesidades indispensables y sembraban en los peligrosos barrancos de las montañas para con seguir s
us alimentos. [Los Valdenses y los hugonotes, formaron a sus hijos para ser misioneros por Europa; hombre de fe inquebrantables dieron su vida por esta fe].

Enseñaban a sus hijos a adaptarse a la vida difícil que tenían que llev
ar, a estar Preparados para esquivar o esconderse de los soldados del papado. Iban por los pueblos y ciudades como vendedores ambulantes, en sus alforjas llevaban pequeños libros, o trozos de las escrituras y al que veían que estaba interesado les ofrecían el libro.

Estos hombres y mujeres a quienes Dios levantó para que mantuviese la llama del evangelio puro y sin mancha. Viene a mi mente, hombres que atraves
aron desde Italia hasta España, pasando por los perineos, y esquivando a los esbirros de la Inquisición, que con astucia estaban por todos los pueblos y capitales para ver quien leía y quien compraba los libro de Juan, Mateo, y Marcos o Lucas.( Foto Monumento a los Valdenses)

Esas porciones de la Biblia escritas a mano, bajo una vela, pero hechas bajo la dirección del Espíritu de Dios. Nombres que están escritos en los anales del cielo, y que cuando venga Dios en su gloria estarán con Jesús.


" La obra de estos misioneros empezó en las montañas, ¿Y la tuya a donde empieza? ¿En la ciudad donde vives, o tal vez en el edificio donde tu vives? Piensa en estos hombre iban con zapatillas de esparto, y con ropas toscas, algunos de ellos vendía en la ciudad algo de sus cosechas, otros se dedicaban al comercio de telas etc.

Hoy tu y yo, tenemos coche, podemos ir a cualquier país , pero no olvidemos que todos somos mensajeros de una nueva esperanza que es en Cristo Jesús, y un día Dios nos pedirá cuenta del tiempo perdido y de las almas perdidas, por nuestra pasividad. Nuestro Maestro fue por caminos tortuosos, pasaba por grandes ciudades y se interesaba por la gente del lugar. (Foto. Lutero y su tesis).

En todas partes esparcía la palabra de Dios, y la semilla entreba en los corazones sinceros. Hombres como Juan Hus que murió en la hoguera, juzgado por el poder eclesiástico y condenado por el poder civil, murió en la hoguera el 6/7/1415, todo por ser fiel a su fe, creía en la salvación por la gracia de Cristo y por estos principios muri
ó en la hoguera.

Hoy en pleno siglo XXI, hay hombres y mujeres que no son relevantes a los ojos humanos, pero con fe inquebrantable llevan la palabra de Dios por su ciudad, barrio, vec
ino, y amigos. Hombres y mujeres que con fe inquebrantable, quizás con pocos recursos, llevan la fe de Jesús a los corazones sedientos de esperanza y de una salvación gratuita que nos da Dios.

¿Qué fue lo que dio a los Valdenses y a los hugonotes y a Juan hus la capacidad, y la fortaleza de actuar y de mantenerse firmes en su fe? Creo que la respuesta esta en el mismo texto: conocían a Dios. La pregunta que hago es: ¿Yo conozco a Dios, y tu, ¿Conoces a Dios? Si lo conoces, ve y haz tu lo mismo? Foto. Pablo Repartiendo la palabra)

L. de M.


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