Seis idas trabajaras, y harás toda tu obra. Pero el séptimo día es el Sábado de Jehová tu Dios; no harás en él obra alguna, tu, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Exodo 20:9-10.
A través de mil doscientos sesenta años de historia contra los mandamientos de Dios, el hombre distorsiono la ley de Dios.
Si contamos desde el año 366-384 cuando el emperador Romano Graciano renuncia en el 378 al “Pontificex Maximus y se lo entrega al papa Dámaso, obtiene las prerrogativas y los privilegios, Dicho poder empieza la carrera de desacreditar la ley de Dios (F. Yost. MA.Mayo-Junio 1954, II, p. 10 (cita el Código de Teodosio, Libro 16, tit, 1).
La ley de Dios existe antes del que el hombre fuese creado. La ley de Dios existe en todo los mundos creados, y los ángeles se rigen y son gobernados por ella.
Después de la caída, los principios de justicia quedaron inmutables. Nada fue quitado de la ley; no podía ser mejorado ninguno de los Santos preceptos.
En un sentido personal, el sábado se presenta como un recordativo de que en medio de los afanes apremiantes de la vida no deberíamos olvidar a Dios.
Entra plenamente en el espíritu del Sábado es hallar una valiosa ayuda para obedecer el resto del decálogo.
Se cuenta la historia de una ciudad que tenía una empresa de calzados.
Se cuenta la historia de una ciudad que tenía una empresa de calzados.
Y había un pregonero que anunciaba el uso del calzado. Pero los ciudadanos de esa ciudad nadie usaba calzado. El reportero se quedo asombrado y pregunto al pregonero:
¿Por qué no usáis calzado? Ah dijo el pregonero. ¿por qué no lo hacemos nosotros? El hombre quiere hacerse su propia ley, para satisfacer sus propios y deseos.
Al reconocer este día falso, las relaciones con la gente, sus vidas se hace esquizofrénica, y es imposible de llevar este peso. Se olvidan de la ley de Dios, y sus cargas se hacen más pesadas.
El pensamiento que quiero destacar es la vida buena es un todo, es una experiencia total y completa, cuando vivimos en armonía con las leyes divinas.
El hogares es el primer lugar donde puede evidenciarse la santidad de los días comunes. El hogar es sagrado a pesar de las penurias de cada día.
Pero cuando en el hogar se manifiesta la adoración al Creador y la santidad de su ley, podemos manifestar la gracia divina. Se manifestara la bondad, la paciencia, y la oración.
Nuestras obras pueden ser santas. Estaremos en armonía con el cielo y con los ángeles. Trabajar es un privilegio como una orden.
El trabajo se debe hacer honrar al hombre los primeros seis días. Pero el Sábado que corresponde al séptimo día, queda reservado para gloria de Dios, es día santo a Dios. Ojalá consideremos el llamado de Dios.
Testimonio del COVID-19
Por el Pastor Pedro Torres. Meditación y Testimonio sobre mi recuperación del Coronavirus, y cómo mantuve el ánimo. (COVID-19)
MARANATA.
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