domingo, 3 de mayo de 2020

LA INCOMPRENSIÓM

Y llegando a los limites del Jordan que esta en la tierra de Canaán, los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manases edificaron allí un altar junto al Jordán, un altar de grande apariencia. . .Cuando oyeron esto los hijos de Israel, se juntó toda la congregación de los hijos de Israel en Silo, para subir a pelear contra ellos. Josue. 22:10-12.
Esta ciudades estaba a oeste del Jordán. La insensatez de estas dos tribus y media, fue desproporcionada a su gran necedad. 

Ellos sabían que sólo había un lugar donde se tenía que adorar en Israel. Esta construcción ofendió al pueblo, ya que ellos interpretaron la separación entre esas dos tribus y media de las demás tribus. 

Ya que este altar era una copia del “el altar de Jehová”, que fue dado por Dios para adoración y los sacrificios del pueblo. Ya que allí se encontrarían el arca de la alianza. 

Este hecho mencionado en este pasaje es la evidencia de la estricta obedecía a la ley de Dios en tiempos de Josue. Los rubenitas y Gaditas se habían portado valientemente durante la conquista de Canaán. 

La tribu de Manases demostró tan bien valentía en esa ocasión. El problema que se su cito dentro de Israel, fue la incomprensión y la critica, estos dos elementos son malos compañeros de viaje. 

Criticaron contra sus hermanos, y entendieron que al construir un altar a Dios de Israel, se separarían del resto del pueblo. No podía haber dos altares en Israel, pues Dios sólo ordeno un altar donde todo Israel debía de adorar. 

Esto nos demuestra que en nuestro siglo se puede dar el caso. Que algunos no acepten a algún profeta, porque no han comprendido realmente lo que Dios demanda. 

Antes del tiempo de la gran tribulación, el pueblo remanente comprenderá todo lo relacionado con los profetas, sean estos antiguos o nuevo. Lo peor es la critica y juzgar a la ligera a las personas. 

Lo más importante fue que los dirigentes examinaron los cargos contra sus hermanos, antes de enviar a los ejércitos de Israel. Una cita que se encuentra en el libro SP. dice: “Vosotros que sois espirituales, restaurar al tal con el espíritu de mansedumbre.” 

Por la fe y la oración, haced retroceder el poder del enemigo. Hablad palabras de fe y valor que serán como bálsamo sanador para el golpeado y herido. 

Muchos son los que han desmayado y están desanimados en la gran lucha de la vida, cuando una palabra de bondadoso estímulo los hubiera fortalecido para vencer (DTG p. 466). 

A pesar de ser juzgados por sus hermanos, estas dos tribus y media de Israel, sintieron el alivio, ya que una guerra los llevaría casi al exterminio entre ello. 

¡Cuan cuidadosos debemos de ser antes de juzgar a un hermano de la fe! El amor por Dios debería de manifestarse hacia nuestros hermanos. Pues es Dios que juzgara en aquel tiempo a sus hijos
MARANATA.
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