LAS ALEGORIAS DEL MUNDO.

Fueron una vez los árboles a elegir rey sobre sí, y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros. Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los arboles? Jueces 9:8-9.

En los tiempos antiguos, y no hace mucho también en España, a la gente le gustaba las alegorías. Las cuales las cosas inanimadas hablan y actúan.

Cervantes usa la fábula, a situaciones análogas de la vida cotidiana y política. Dicha intepretación podría denominarse alegórica según las reglas del arte vigente de la época de Cervantes. 

Pero como sugirió en el Coloquio de los perros, no era ésa la única forma admisible de entender la alegoría. Ésta, en el modelo teórico propuesto por Luis de León en su comentario latino al Cantar, tenía la función de de describir cierta realidades de la Época. 

Es así como el pueblo entendía lo que estaba pasando en la corte y con la iglesia de aquel tiempo. 

En está alegoría se escoge el olivo, en Palestina el olivo es el árbol de mayor valor, después viene la higuera y la vid. 

Estos elementos se les ofrece la dignidad real, que a la sazón representa al hombre. Abimelec, hijo de Gedeón, mato a su setenta hermanos para hacerse rey de Siquem, el amor al poder y a las riquezas lo llevaron a un camino sin retorno. 

Vemos que su padre Gedeón, se interesaba más por el bienestar de la gente de su pueblo que por si mismo. En esta historia Gedeón no acepto el cargo que se le ofrecía, aunque podría hacerlo porque estaba capacitado para ello. 

El estaba seguro de que Dios no había permitido que ocupara dicho cargo. Sino que dio la gloria a Dios de todo lo que hizo. Cierto es que Jotam sin saberlo nos da una perspectiva de nuestro mundo actual. 

¿Cuántos hoy, cómo los arboles mencionados, se entregan tanto a servir y bendecir a la<< humanidad que rehusarían honores que se interpusieran en su camino de servicio? 

¿No es más fácil encontrar personas que, como la espinosa zarza, tratan de eclipsar a otros, hasta destruirlos. 

La madre de Santiago y Juan había pedido honores para sus hijos, y los otros discípulos se indignaron, y Jesus les dijo: “El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro siervo” (Mat. 20: 26-27).

Jesús es el olivo, la higuera y la vid de la parábola: Jesús anhela servir a todo aquel que quiera recibir el aceite y la vid, no importa si es por la mañana, al medio día o al atardecer. 

Jesus es la fuente del agua viva, para todos aquellos que lo deseen. En la vida del cristiano hay dos luchas internas, que se debaten entre si. 

Una es ser fiel a Dios y la otra los intereses del mundo. La abnegación a las cosas del mundo trae como consecuencia una relación intima con Jesús.

MARANATA.

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