Todos conocemos la historia de Israel, su perversidad y su idolatría los llevó a la ruina. Era demasiado tarde para confesar sus pecados, el castigo de Dios estaba por caer contra Israel.
Los Asirios estaban avanzando, un gran ejército dispuesto a destruir a Israel.
El profeta a Osea hace el último llamado, la última exhortación a su pueblo para que abandonara su iniquidad y se vuelva a Jehová.
Aún no era demasiado tarde. Nubes de guerra oscurecían en el horizonte. Asiria estaba en el cenit de su poder y sus ambiciones eran grandes y ambiciosas.
Esta nación enloquecida por sus ídolos y ebria con sus vicios. Es un retrato de lo que está pasando ahora en el pueblo de Israel espiritual.
Poco se dice, pero muchos lo ven, como esta decayendo el pueblo hacia una idolatría oculta. Israel esperaba la venida del Mesías, y que este regreso traería prosperidad al pueblo y grandeza. Pero que equivocados estaban.
Todo lo que exigía Dios era una sencilla súplica en busca de misericordia, acompañada por un sincero arrepentimiento y confesión (ver Sal.32:1).
Hoy nos está pidiendo lo mismo, ami el primero, luego a vosotros. Ruego que nuestro Señor nos de sabiduría para hacer lo correcto, y haya ese sentir que hubo en Cristo.
Dios no nos pide más de lo que podamos dar.No podemos permitirnos esperar para arreglar nuestros asuntos con nuestro vecino, amigo o pariente.
El momento es ahora. Recuerdo cuando era monaguillo, que las campanas de la iglesia tocaban a misa, seguían tocando, hasta que la misa comenzó.
Y media hora después terminó, sólo éramos tres en la iglesia, cuando nos retiramos a la sacristía, el cura le dijo a esa persona que entraba: “vuelva mañana, la gracia ha terminado hoy” No dejemos atrás lo que podemos hacer hoy.
Cristo nos espera, él quiere darnos la gracia y el perdón. Todos debemos de confiar en nuestro Dios. Israel no lo hizo y las consecuencias fueron fatales.
“llevad con vosotros palabras de súplica”, dijo Oseas; palabras de confesión, que expresen sincero arrepentimiento, pidiendo el perdón y la misericordia de Dios.
Llevemos todos los hijos de Dios oraciones sinceras y depositemos nuestros pecados que hay en nuestras almas a los pies de Jesús.
La mayoría de los israelitas no oyó el llamado de Osea, y se perdieron. Pero el llamado a través de hoy, es para todos aquellos que aman a Jesús.
El tiempo se aproxima, demos nos prisa a acudir al trono de la gracia.
MARANATA.
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