La historia que nos relata Jesús, puede pasar en estos momentos con un ser humano.
Para los espíritus inmundos el tiempo no cuenta. Lo que cuenta es la voluntad del hombre a tomar su decisión es esta vida.
Tenemos un ejemplo en el Antiguo Testamento, Entre el pacto de Abraham y Labán relatada en PP. p. 193- 197)
Cada uno puso como testigo a su Dios, el Dios de Jacob, Jehová es mi Dios; y el dios de Labán el dios de Nachor, y nunca más se vieron.
Más tarde Israel cayó en la idolatría de Nachor, Moloc, Baal; es el mismo dios pero con distintos nombres. Cuando se hace un pacto, en el caso de Abraham este pacto se debe de mantener.
Cristo relata una historia en Mateo 12:43-45 El espíritu inmundo era un demonio. Cristo hace referencia al pecado imperdonable contra el Espíritu Santo.
Es cu cuadro muy lamentable y alabé es un ejemplo de lo que no desvariamos hacer los cristianos. Cuando una persona se entrega a Cristo, está haciendo un pacto de lealtad mutua.
Si el hombre viola dicho pacto, y en su vida no hay un abandono de las costumbres mundanas, y su vida va a una degradación total, el espíritu inmundo vuelve a ese hombre y su estado es peor que el de antes.
En este hombre se ve las señales físicas del dios al que sirve. El consejo que aquí se da (ver 43-45) especialmente es aplicable a los que han escuchado de buena general mensaje evangélico, pero que no se han entregado al Espíritu Santo (DTG p. 290).
Esta persona no había cometido aún el pecado contra el espíritu Santo que es el pecado imperdonable, y Jesús les advirtió que no lo hicieran.
En caso de las enfermedades, las recaídas suelen se mucho más graves que la enfermedad iniciada.
Pero la Biblia nos dice que en vez de encontrar libertad y felicidad, “son peores las cosas peores que la primera que hacía”. ¿Por qué se equivocó este hombre?
No, fue ciertamente negligente para poner todo el esfuerzo necesario para conseguir su fin. Barrio su casa la dejo limpia y la adornó.
Fracasó porque aceptó vivir una vida negativa.
La vida cristiana no se basa solamente sobre la ausencia del pecado. Jesús consideró sin embargo pecado al vacío en si mismo.
El apóstol Santiago dice: “El pecado, pues, está en aquel que sabe hacer lo bueno, y no lo hace” (Sant. 4:17). Para vivir una vida cristiana victoriosas, tenemos que vivir una vida positiva en Cristo.
MARANATA.
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