Una referencia a los judíos que se habían convertido a la nueva fe del evangelio de los apóstoles. Después de la partida de Cristo, muchos judíos aceptaban la invitación de entrar en el reposo por la fe en Cristo.
Notemos que los cap. tres y cuatro de la Epístola a los Hebreos tienen mucho que ver con el “reposo”.
Se cita a salmos 95:11: “Por tanto, juré en mi reposo que no entrarían en mi reposo”. ¿Qué significa esto? El pueblo de Dios no entró en la tierra prometida por causa de su incredulidad.
Estuvieron 40 años vagando por el desierto. El reposo que Dios le prometió era la tierra prometida.
Y por ende es el “mismo reposo” en el cual entran los cristianos ---es el mismo reposo espiritual al que Dios invita, no solamente a los judíos sino a los cristianos.
Este reposo es la entrega del alma y la voluntad del hombre a Dios. El propósito eterno es que la gran mayoría lo acepten (cf. Isa. 30:15; Jer. 6:16; Mat. 11:29).
Esta misma advertencia “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, algunos de nosotros perezca haberlo alcanzarlo”.
Muchos esperamos la venida de Nuestro Señor, pero también es cierto, que muchos no la alcanzara a ver.
esta promesa no es solamente era para los judíos, sino para todo cristiano que acepte los parámetros que Dios demanda.
Cierto es que muchos cristianos están entrando uno por uno en el mismo “reposo” espiritual en el cual tuvo Dios el propósito que entraran los israelitas de antaño, pero muchos se ven excluidos por la ceguedad de su corazón.
¿Cómo podría un hombre o mujer encontrar este “reposo”. “los que han creído en la palabra de Dios, los que guardan su ley, los que hacen su voluntad, estos entraran en el “reposo”
A pesar de todo, las “obras” de Dios ---aquí su propósito para la humanidad ---estaban “acabadas desde la fundación del mundo”.
En el principio Dios había determinado que los hombres entraran en su “reposo” por consiguiente, el juramento de Dios es válido para nuestros días, sea para aquellos que lo acepten de corazón.
Luego el argumento de Pablo en sus epístolas es presentar el Sábado de la creación como símbolo de este “reposo”.
El sábado es el día cuando Dios “reposó” de toda sus obras. “Por tanto, queda un reposos para el pueblo de Dios” “Procuremos, pues, entrar en aquel reposos, para que ninguno se pierda.
MARANATA.
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