Todos habremos oído la historia de Abraham y Lot, eran familia pero con motivos distantes.
Lot eligió una tierra que tenía unos excelentes recursos y una ubicación para hacer grandes negocios. Deseoso de establecerse en las proximidades de la ciudad y dentro el valle del Jordán.
Lot pensaba que haría grandes negocios y por lo tanto (pensaba) ser rico. Lot se destacaba en marcado contraste con su tío, era la noche y el día. Lot entró rico a Sodoma y salió Pobre.
Abrahán seguía siendo rico porque eligió seguir a Dios. ¿Que tiene que ver estos ejemplo para los hijos de Dios?
El caso de Lot es una lección para los jóvenes y lo menos jóvenes, que son tentados a elegir vinculaciones terrenales y ganancias temporales a cambio de la felicidad eterna.
Primero “vio” y después “escogió” Abandonando el del Jordán, y fue poniendo sus tiendas en Sodoma. Poco a poco sin apercibirse se adentro en la ciudad.
Esto nos puede suceder a cada cristiano, y decimos: ¡Esto no tiene importancia, por cocinar este día! Y lentamente sin percibirlo violamos la ley de Dios.
Lot sin percibirlo perdió todo lo que tenía. Pero el amor de Dios no lo había dejado.
Todavía había esperanza para Lot y su familia. Dios no abandona a sus hijos como algunos tienen por costumbre creer.
Tanta es la ingratitud de la naturaleza humana, que cuanto más abunda las dádivas de Dios, los hombres tanto más pronto lo olvidan (Ose. 4:7; 10:1).
Uno de los peligros morales de la prosperidad consiste en que los hombres llegan a estar tan satisfechos con las cosas de este mundo, que se olvida de los más importante, no tienen necesidad de Dios.
¿Que en cuanto a nosotros en esta generación? “Usted” y “yo” Haremos como Abraham, que buscó alejarse de las ciudades para andar con Dios.
Oh aremos lo que Lot hizo. Hay muchos caminos que conduce a Sodoma, pero uno que conduce al trono de la gracia. ¿Cual eligiéramos en nuestra vida?
Todo depende de nuestra decisión. Hoy día necesitamos colirio para poder ver más claro cada día.
Vigilad tal fielmente como lo hizo Abraham para evitar que los cuervos u otras aves puedan anidar en la mente.
Si en lo pasado se necesitaron tomar recias decisiones, hoy son cien veces más urgentes.
Las promesas de Dios son inmutables. “No temas, porque yo estoy contigo no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la
diestra de mi justicia” Isa. 41:10
MARANATA.
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