Pocas personas saben de este pequeño y gran profetas, en tiempos de del profeta Elí.
El 1º libro de Samuel abarca un periodo de transición que abarca 1100 hasta 1011 A.C. Y 2º de Samuel abarca 40 año, o sea del año 1011-hasta 971 AC. Este periodo fue para la nación judía una convulsión política y religiosa,
Los reyes no buscaban la dirección de Dios, y la feligresía estaba en un problema grave.
Dios en su gran misericordia por su pueblo, se presenta al joven Samuel en diferentes formas para que el joven vaya tomando conocimiento de la presencia de Dios en su vida.
El mensaje que quería dar Dios no podía ser dado Ofni, por lo sucedido con Saúl y David, Dios se tenía que dirigir a alguien que fuera receptivo a su palabra.
Samuel había recibido en su casa una excelente educación por parte de sus padres.
Esta es una lección para los padres de este mundo tan indeciso.
Anas y su marido educaron al niño conforme los requerimientos de Dios. El niño fue enseñado a través de las escrituras y en el temor de Dios.
“Instruye al niño en su carrera: Aunque fuese joven no se apartará de ella” (Prov.22:6). ¿No debería cada familia cristiana reconocer diariamente esta verdad básica?
Vivimos en un mundo en que se le permite a los niños hacer de todo, y cuando son mayores muchos de ello abandona a sus padres y reniegan de Dios.
La culpa no la tiene el niño, sino los padres que les consiente todo. Dios pedirá gran responsabilidad por ese niño que se pierde cuando llega a la edad adulta.
En el texto hay una pregunta: ¿Por qué Dios no se dirigió a Eli? Muchas respuesta podemos dar el hombre, pero sólo Dios sabe el porque.
Samuel era un niño muy receptivo, de un gran corazón, y muy sincero, cualidades que Dios ama.
oh buscar una educación del mundo, sabiendo que su hijo se perderá en las olas y mareas de la sabiduría humana.
Lo más importante es que este principio es un encargo directo hecho a los padres cuando comienzan a guiar a sus hijos por el camino de la vida.
Los primeros pasos son los más importantes. San Agustín decía: “déjame tu hijo hasta los siete años, y después ad lo que bien te pareciere con el niño?”
Los cristianos deberíamos inclinarnos ante el altar de la oración hoy y pedir a Dios sabiduría para educar a nuestros hijos.
MARANATA.
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