martes, 22 de septiembre de 2020

LO QUE HAGAS, HAZLO PARA GLORIA DE DIOS.

No salga de vuestra boca palabras dañosas, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen. Efe, 4:20                La iglesia necesita hoy día apóstoles, de ancianos y de laicos que pronuncie palabras bellas, y mujeres que puedan hablar palabras de amor y aliento a los que perecen.

Si ha de representarse correctamente al mundo el amor de Dios y su verdad, nuestras facultades de hablar deben de ser cultivadas y regeneradas diligentemente. El tiempo es cada vez más corto, en el hombre vive en un desenfreno de sus pasiones, y no reconocen  al Dios del Universo. 

Lentamente esta cayendo la lluvia sobre los hombres. Después caerá relámpagos y truenos se oirán en los cielos, cuando ya no habrá esperanza para la humanidad. Es el tiempo de predicar la palabra del Señor. 

Todos los dones que el Señor nos a dado, deben ser usados en este tiempo. Hay una obra que terminar, y poco tiempo para hacerla. Las huestes del mal están reforzando sus términos, y los hijos de la luz, están dormidos. 

La palabra que hablemos demostrara que en nuestro corazón está a lado de Cristo, o si está corrompido "porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Mat. 12:34). Las groserías, las bromas y los cantos obscenos y aun las conversaciones frívolas transcendentes deben estar ausentes de la vida del cristiano.     

Esto nos demuestra que no se ha producido el cambio de la regeneración del
del corazón. ¿Entonces cómo podemos ir al mundo a dar la buena nueva? 

¿No tiene que haber un cambio en nuestro interior?  Las palabras del cristiano tienen que ser constructivas y útiles. Para un mundo que está llegando a su fin, y él lo ignora.  

Todos los cristianos que esperan la venida de su Señor, deberán aprender a buscar y encontrar lo hermoso y recomendable para presentarle a Jesús como su salvador.  Me viene a mi mente las escenas del zapatero, situada en la Edad Media. Avaro, cruel y egoísta. Quería saber dónde estaba Dios, por la pobreza que el veía. 

Un buen día se le presento en sueños un ángel, le comunico ese día Dios le visitaría. El zapatero, limpio su casa y puso en la mesa un mantel y un plato nuevo.  Llamo a la puerta un joven, le pidió si podía arreglar sus zapatos rotos. 

El zapatero regaña dientas le arreglo sus zapatos, pero vio que no iba a durar mucho, así que le regalo unas botas nuevas. Una mujer llamo a la puerta, buscando refugio por un intenso frio. 

Su corazón se conmociono y le regalo una manta y le dio de comer a su hija y a ella. Reconoció el mal recibimiento que hizo a su hijo, y esa  noche esperaba a Dios en su casa. Después de meditar, comprendió que Dios ya había estado en su casa. Hal almas afuera que necesitan tu ayuda y la mía.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Oren por mi salud y por estos proyectos. Sal.62:7. Se puede ver a través  de https://

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