Este principio de señales hizo
Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria y sus discípulos
creyeron en él. Juan 2:11.
Este primer milagro fue realizado
aproximadamente una semana después del llamado de los discípulos.
El segundo milagro fue hecho también en Caná, en ocasión de la
visita de Jesús un año más tarde (cap. 4:43-54). El hombre por
naturaleza es muy reacio a creer.
¿Porque tiene que haber un milagro
para creer? Este milagro proporcionó a los discípulos la evidencia
inicial y visible del poder divino que operaba en Cristo.
Este hecho
les fortaleció contra la incredulidad y la antipatía de los
dirigentes judíos, y les brindo su primera oportunidad de testificar
de Jesús.
Por otra parte honró la fe de Maria, y expresó la
simpatía y el interés de Jesús en la felicidad humana. Como cristiano y a lo largo de mi vida, siempre me hecho la misma pregunta.
¿Tiene que haber un milagro en mi vida para manifestar la
fe? Si miro hacia tras en mi vida, él Señor me libro de morir
cuatro veces, me salvo de los demonios una vez, cuando mi madre me
quería llevar a una sesión espiritista.
Me libro de caer en la
Masonería, y un mes antes ley sobre esta secta en un comentario de
E.G.W. Me libro de accidente de trafico, de caerme por un precipicio
a dos mil metros etc.
La pregunta es: ¿tuve fe antes? O ¿tuve fe
después de lo que me paso? La fe viene por el oír la palabra de
Dios. Lo cierto es, que estas experiencias son positivas, pero la fe
hay que ejercitarla todo los días.
La promesa de Jesús es: pide al
Padre en mi nombre, y un día y otro, etc. la fe se ejercita cada
día. Conozco a personas que han perdido la vista, y siguen teniendo
fe en su Dios.
Los milagros se ven cada día de nuestra vida, y
cuántas gracias tenemos que dar a Jesús, porque somos participantes
de su amor. Pregunto:
¿Necesitaba de una prueba para tener fe o para
creer? Quizás para algunos aparentemente sí. ¿Tuve fe cuando hice
la petición a Dios para conocer la verdad a mis 19 años?
Yo digo
si, aunque dos meses después la policía federal de Venezuela de
detuvo. Clame al Dios que no conocía, y me libro.
Yo siempre digo que tengo a un Dios y Padre que me ama.
Pasare penas, dificultades,
incluso enfermedades, pero tengo a un Dios que me escucha cada noche
y cada mañana, ese es mi Dios y el vuestro. Los apóstoles fueron
fortalecidos con ese milagro testificaron de Jesús.
Jesús ama a
todos los hombres y mujeres sin excepción y se interesa en todo lo
que les atañe. Por eso vino al mundo, para que tuviésemos una
visión clara de su infinito amor.
MARANATA.
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