Y el Espíritu me dijo que fuera
con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis hermanos, y
entraron en casa de un varón. Hechos 11:12.
Cierto es que Pedro y sus seis
hermanos en la fe fueron a casa de Cornelio el centurión Romano.
Pedro fue guiado por el Espíritu Santo, y no había presentado obstáculo como lo hizo a la hora “de la circuncisión”, quienes se estaban oponiendo a lo que el Espíritu Santo le ordeno.
Estos hermanos en la fe recién nacida de la mano de Jesús no dudaron en ir con Pedro. Cuando Pedro relatara los acontecimientos, estos hermanos pudiesen dar fe de lo que había visto y oído. Hay historias de hombre como Pablo, hombres de oración.
Hoy me viene a la mente la oración de McKendres. Durante mi enfermedad me puse a examinar mi vida en relación con la eternidad, de una manera mas penetrante de lo que había cuando disfrutaba de toda mi salud.
Mi conciencia me aprobó al revisar lo relativo al cumplimiento de mis deberes hacia mis prójimos en mi carácter de hombre de mi ministerio de la Iglesia; pero el resultado fue diferente tratándose de mi actitud actitud hacia mi Redentor.
Mi gratitud y obediencia con lo que yo había recibido de Jesús, a través de las vicisitudes de la vida, desde la infancia hasta la vejez.
La comprensión de la frialdad de mi amor para quien me amó primero e hizo tanto por mí, me anonadó y me confundió; y para completar la indignidad de mi carácter, no sólo había descuidado
el desarrollo de la gracia que me fue dada hasta donde llegara mi deber y privilegio, sino que por haber permanecido estacionario, perplejo con otras ideas y trabajos, se había debilitado el celo y el amor que tenía en un principio.
Me sentí abatido, me humillé, implore misericordia y renové mis pacto de poner todo empeño en dedicarme sin reservas al Señor. Este hombre se dio cuenta casi al final de su ocaso. Reflexiono y comprobó que no había una buena relación o una buena comunión con su Hacedor.
El Espíritu Santo le señalaba que su relación con Dios no era buena. Y por desgracia esto nos pasa a nosotros. No tenemos esa relación con nuestro Padre celestial. Recuerdo esta frase, “mucha oración mucho poder” poca oración poco poder”.
Cuando el cristiano tiene una relación intima con Jesús, su vida es transformada por el Espíritu, y aquello que antes hacía ya no lo hace.Pedro fue transformado, Pablo vio su decadencia moral y fue transformado por el Espíritu.
Tú y yo podemos ser transformados por el Espíritu 38 Hoy es nuestra oportunidad para ratificar nuestra actitud y tener una relación intima con nuestro Dios. Mañana sera tarde.
MARANATA.
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Hoy me viene a la mente la oración de McKendres. Durante mi enfermedad me puse a examinar mi vida en relación con la eternidad, de una manera mas penetrante de lo que había cuando disfrutaba de toda mi salud.
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Mi gratitud y obediencia con lo que yo había recibido de Jesús, a través de las vicisitudes de la vida, desde la infancia hasta la vejez.
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el desarrollo de la gracia que me fue dada hasta donde llegara mi deber y privilegio, sino que por haber permanecido estacionario, perplejo con otras ideas y trabajos, se había debilitado el celo y el amor que tenía en un principio.
Me sentí abatido, me humillé, implore misericordia y renové mis pacto de poner todo empeño en dedicarme sin reservas al Señor. Este hombre se dio cuenta casi al final de su ocaso. Reflexiono y comprobó que no había una buena relación o una buena comunión con su Hacedor.
El Espíritu Santo le señalaba que su relación con Dios no era buena. Y por desgracia esto nos pasa a nosotros. No tenemos esa relación con nuestro Padre celestial. Recuerdo esta frase, “mucha oración mucho poder” poca oración poco poder”.
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