domingo, 8 de julio de 2018

EL AMOR DEL ESPÍRITU SANTO.

Entonces me acordé de lo dicho por el Señor,cuando dijo:Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. Hech. 11:16
Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo,¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?.

Viene a mi mente el recuerdo de años atrás cuando conocí la palabra de Dios. No había oído de hablar del Espíritu Santo, y menos en que los hombre de Dios pudiese ser llenos de él. En la ciudad de zaragoza (España) y en la iglesia de Torrero, vino un predicador de tierras lejanas, sus palabras era convincentes y llenas de sabiduría. 

Misionero en el áfrica, en una iglesia donde estaba creciendo en el amor de Jesús. El pastor lleno del Espíritu de Dios. A. Buill nos contó una experiencia vivida en primera persona: Fue llamado sobre las diez de la noche para ir a una aldea donde un hermano de edad avanzada se estaba muriendo. 

Tenia que ir en una bicicleta, pero esta estaba pinchada. Así que decidió ir andando ya que solo distaba unos treinta kilómetros. 

El pastor cogió su biblia y se encamino, pero antes de salir de la aldea donde vivía, se encontró con un aldeano, alto y con una vara en su mano y le dijo: que a donde se dirigía, el hermano,

Buill le dijo que iba a la aldea que estaba a unos treinta kilómetros. Ambos hombres se encaminaron. Durante el trayecto por la selva conversaron sobre la venida de Jesus, pero el hombre acompañante guardaba silencia. 

Cuando ya rallaba el día y el pueblo estaba muy cerca este hombre se despidió y tomo otro rumbo. El pastor de repente se paro para decirle si quería conversa sobre Cristo en otra ocasión, comprobó que este hombre había desaparecido. 

Cabizbajo y pensando en lo sucedido se encamino a la casa del anciano. Cuando toco a su puesta le abrieron y se encontró con dos familias que le estaban esperando. Pastor Buill ¡que sorpresa que usted este con nosotros! 

Asombrado por tal noticia dijo: “¿estoy aquí por que tu me enviasteis un mensaje para que viniese?” ¡No! ¡Yo no te enviado ningún mensaje!, y ademas han bajado de la montaña los que querían matarlo. Pregunto el anciano, ¿Quien te acompaño? 

Un hombre muy alto, pero no hablo nada durante el camino, se despidió de mi y se marcho por otro camino, cuando quise despedirme de el desapareció. 

Esa dos familias que estaba en casa de ese anciano por la mañana se bautizaron y fueron llenos del espíritu de Dios. 

Uno de ellos el más mayor le dijo que a la vuelta fuera por el otro camino. Se despidió el pastor Buill y por la tarde llego a su casa. Su esposa le dijo, que el día que se marcho por esa ruta el ejercito había entrado en guerra con unos guerrilleros justo por la zona donde el había estado. 

Asombrado el pastor por las palabras de su esposa le dijo: yo no e oído ningún disparo, más ni yo ni el hombre que me acompañaba, ¿que hombre? Yo estaba en la ventana y no vi a nadie. Fue cuando comprendió el Pasto que un ángel le acompaño.
MARANATA.
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