Al elegir un sitio para vivir, aunque sea temporal, Dios quiere que consideremos ante todo las influencias morales y religiosas que nos rodearán a nosotros y a nuestra familia (Hogar Adventista p. 114).
No se da ninguna razón para la salida de Abraham del encinar de Mamre, que estaba cerca Hebrón (cap.13:14; 18:1) hacia el sur, el Neguev.
Cierto es que Dios guió sus pasos hacia ese lugar. Lo cierto es que todas las cosas que Dios hace para beneficiar al hombre las lleva a cabo.
Dios quería que siguiese su vida de peregrino y para que diese testimonio a los habitantes de las regiones donde pasaba.
Muchos de los hijos de Dios son como Abraham, peregrinos en esta tierra, y tenemos que aprender y desaprender muchas cosas de la vida.
Abraham tenía aliados (conocidos) en Hebrón,Mamre, Escol y Aner todos eran amorreos (ver Gén. 14:13). Dos años después los hititas dominaron toda toda esa zona.
Dios en su misericordia evitó que su siervo Abraham tuviese problemas en la transacción de poderes entre los hititas y los cananeos.
Así Dios nos ayuda en nuestras vidas cuando nos trasladamos a otro lugar para vivir, ya que Dios está pendiente de nosotros. Cuando se dirigió a Gerar, un valle fértil que está al sur de gaza.
El error que cometió Abraham fue decir a su mujer, que dijese que era su hermana. Seguramente que Abraham desconfió del rey de Gerar, ya que era príncipe filisteo.
No contó con Dios ni su aprobación de vivir en ese lugar. Aun es muy extraño que un hombre de la talla de Abraham su fe vacilara, y recurrió a un engaño.
Esto puede pasarnos a nosotros, tomamos decisiones precipitadas y no consultamos con nuestro Dios. Después nos lamentamos de que nos ocurra problemas en nuestra vida.
Abraham aprendió la lección de Gerar, y después de este incidente, siempre y a lo largo de su vida, consulto todas sus decisiones a su Creador.En nuestra vida de cada día, aprendemos grandes lecciones, nos equivocamos muy a menudo.
Si contáramos más con Dios en vez de apoyarnos en nuestras propias opiniones, ganaríamos mucho más.
Cada uno de vosotros, habéis presenciado en vuestra vidas la protección de Dios, y muchas evidencias de su gran misericordia.
Si fuera así, dad testimonio de lo que Dios ha hecho en tu vida, cada paso que des en tu vida sea: “Así dice Jehová” Para que los que te escuchen puedan alabar a Dios.
MARANATA.
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