Antes de morir José en la tierra de Gosén, llamó a sus parientes. Aunque había sido una tierra de paso, era un lugar de su desierto; y lo último que hizo fué indicar que había echado su suerte con Israel.
Y sus últimas palabras fueron: “Dios ciertamente os enviará, y os hará subir de aquesta tierra a la tierra que juró a Abrahán, a Isaac, y a Jacob”.
Palabras que han trascendido a través de los siglos. Ciertamente, ellos no llegaron a la tierra prometida, pero nosotros tampoco. Estamos aún en el desierto de las naciones.
”Pero no seamos incrédulos como lo fueron ellos”. Dios tenía que levantar un hombre íntegro, dedicado a su ministerio.
Israel había caído en la esclavitud, porque tenía pocas miras en las promesas de Dios. Dios levantó a Moisés (“Amosis” )
Nombre dado por la princesa Egipcia. Durante 40 años pasó su vida por las vastas extensiones del desierto hicieron de él la clase de hombre que Dios podía usar para liberar a su pueblo de Egipto.
Durante esos años , Moisés tuvo que desaprender muchos rasgos de carácter, y aprender otros más acorde con lo que Dios quiere. Esta es una lección para los hijos de Israel espiritual.
Tenemos rasgos de carácter como los hijos de Israel de antaño. El pueblo sufrió durante 400 años de esclavitud. ¿Cuanto llevamos nosotros, los hijos de Dios?
La pregunta que cada uno tenemos que hacernos es: ¿Cuantas cosas vanas de mi carácter he cambiado? ¿Sigo pegado a mi malas costumbres?
¿Por qué estoy todavía en el desierto de las naciones? Moisés tardó 40 años en ver la realidad de su condición. ¿Cuánto tiempo necesitamos nosotros?
La muerte del rey de Egipto Tutmosis III de quien Moisés había huido, este murió 1450 a.C. La muerte del faraón no trajo alivio, sino que Amenhotep II demostró su crueldad con el pueblo de Dios.
Esto debería de ser una amonestación para el pueblo de Dios. A través de las edades, el pueblo de Dios sufrió durante 1260 año.
Y ahora los que quedamos, estamos todavía en Egipto de las naciones.
Se levantarán muchos Amenhotep II, en diversas áreas de la vida cotidiana. Pero todas ellas con un sólo fin.
Que el pueblo de Dios no entre en la Tierra prometida. Este es el fin del enemigo de los hijos de Dios.
Demos gracias a Dios, por poner en nuestro poder la Biblia y poderla entender y saber los tiempos en que vivimos.
MARANATA.
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