¡PROHIBIDO DAR LA VUELTA!

Y le trajeron a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón hijo de Jonás, tú serás llamado Cefas (que quiere decir piedra). Juan 1:42.
A través de la biblia Dios cambio los nombre de Abram por el de Abraham, de Jacob por Israel. 

Cada vez que Dios cambia el nombre de una persona, lo hace por un motivo muy concreto. 

Al establecer el pacto con Abraham, que significa “padre enaltecido” se le cambia por Abraham, de una multitud numerosas” Con Jacob pasa lo mismo se le nombra Israel “Dios lucha” o “el que lucha con Dios” y se sella el pacto. 

En Apocalipsis 2:17; Jesús cambiara el nombre de sus hijos, y le daré una piedra blanca, y grabado en la piedra un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe. 

En la antigüedad los miembros del jurado usaban una piedra blanca y otra negra para absolver o condenar. 


La piedra blanca conlleva la liberación y se le concedía un nuevo nombre.

Luego el nuevo nombre de una persona a menudo representa un nuevo carácter. El nombre nuevo no sigue el modelo del antiguo, sino que lo remplaza, es diferente. 

Es un carácter nuevo según el modelo de Dios. El renacimiento espiritual y la transformación del carácter sólo puede ser entendido por la persona que lo experimenta. 

Luego el tiempo vivido no puede ser recordado de nuevo y volverlo a vivir. Es la ley de vida. Se forman los hábitos, y se tomaron las decisiones oportunas para vida o para muerte. 

El Espíritu Santo es el que transforma la vida de aquellos que quieren vivir para Cristo. Luego la fe del cristiano se levanta y declara gozosamente que vive para Cristo, y vivir para Cristo significa un cambio de rumbo. 

No podemos volvernos a tras. Cuando leemos la historia de Pedro, Jesús tenia razón. Pedro dio vuelta y comenzó a viajar en dirección opuesta a la que iba. 

Esto no ocurrió en un instante; más bien ocurrió con el transcurso de su vida, con mucha oración, muchas caídas, y muchos arrepentimientos. 

La guerra no se gana en la primera batalla. ¿Que significa esto para Usted? ¿Puede cambiar la naturaleza humana? Sin duda, hay ciertas capacidades innatas. 

Jesús lo reconoció, porque en cierta oportunidad preguntó: “¿Quien de vosotros podrá, acongojarse, añadir un codo a su estatura?” (Mat. 6:27). 

Algunas cualidades físicas e intelectuales no cambiarán; pero si estamos buscando un lugar donde podéis dar vuelta, mira hacia arriba y hallaréis a Jesús. 

Cuando le encontréis, él os tomara de la mano y os conducirá de vuestra actual situación, y al igual que Pedro, nos ara fuertes como la roca.
MARANATA.

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