EL MONTE DE DIOS

Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo; Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Mat.26:39

En momentos extremos medidas extremas. Jesús oraba con intensidad especial antes de dar cada paso importante de su vida. Siempre contaba con la colaboración de su Padre. 

Es una lección de el cristiano deberíamos aprender antes de tomar una decisión tan importante como nuestro destino. 

Cuando tuvo que elegir a los doce hombres entre muchos seguidores. . . pasó toda la noche anterior a solas con su Padre en esta misma montaña. 

 La juventud de hoy día, debería antes de tomar decisiones que afectaran a su futuro, orar y poner todo en manos de Dios. Se comente muchos errores que después se pagan caros en esta vida.  

Jesús nos marca la trayectoria a seguir. Cristo se entrego a la oración tanto al comienzo e su ministerio coma al final de sus ministerio. 

La “copa” es una expresión bíblica que se empleaba para expresar la experiencia de la vida, sea buena o mala (cap.20:22). 

A pesar de todos los sufrimientos y de las terribles tentaciones con las cuales Satanás le atormentaba a Jesús, él se sometió sin dudas ni vacilación a la voluntad del Padre. 

Hay una cita que resume el poder de la oración. En la vida diaria tropezará con sorpresas repentinas, chascos y tentaciones. ¿Qué dice la Palabra?”Resistir al diablo”, confiando firmemente en Dios, “y de vosotros huirá”. 

“Eche mano. . . de mi fortaleza, y hagan paz conmigo. ¡Sí, haga paz conmigo!” (Isaías 57:5 VM) Miremos a Jesús en todo momento y lugar, elevando una oración silenciosa y con corazón sincero para que pueda saber cómo hacer su voluntad. 

Entonces, cuando venga el enemigo como avenida de aguas el Espíritu del Señor levantará bandera en favor de usted contra ese enemigo. 

La culminación de su última oración fue la del calvario, exhaló su vida en oración a su Padre celestial. La práctica que prevaleció en la vida de Cristo fue la la oración. 

Y en su muerte la paz inundo su corazón porque estaba en constante oración con su Padre. 

Sin embargo la lucha no fue fácil. Tres veces elevó su suplica: 

“estuvo en agonía y oró aún más intensamente. Su Padre no lo abandono. 

Al igual que el padre no abandonara a un alma que va en ayuda de él. 

“Pero” Si alguno que experimenta la comunión diaria con el Omnipotente voluntariamente se sale del sendero, no será por haber pecado, sino como consecuencia de no tener la vista fija en Jesús.

MARANATA.

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Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren por mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7