sábado, 19 de octubre de 2019

LA AUTORIDAD DEL CESAR.


Le dijeron: Del César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Mat. 22:21.
Todo conquistador a la sazón, cuando conquista un país impone su autoridad. 

Una forma es implantar su propia moneda, con el cambio de divisas de otros países. 

La comunidad Europea todos los países tuvieron que cambiar sus monedas por la única moneda Europea (el Euro). 

Con esto se conseguía la igualdad entre los países, pero en la realidad esto no es así. 

Roma dominaba toda Hispania, las galia (Gallia) a los países de Europa

Es lógico que contara con una moneda única, y esta moneda llevaba la cara del Cesar. 

El hecho de que los judíos tuvieran esa moneda legal y la usaran con mala gana, la autoridad y la jurisdicción eran del César. 

Por lo tanto, este tenía derecho de recibir lo que le pertenecía. 

La maldad del hombre guiado por Satanás, es incalculable. Por otra parte vemos cómo Jesús presentó el principio fundamental que determina la relación del cristiano con el Estado. 

No debe desatender los justos requerimientos del Estado, porque existe “lo que es de Cesar”. Los fariseos decidieron poner en aprietos a Jesús. 

Enviando una comisión para que preguntaran. La adulación es uno de los grandes problemas que tienen el ser humano. 

Los judíos le dijeron: “Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombre”. 

[la pregunta envenenada ] “Qué te parece: ¿Es licito dar tributo a César, o no?” El gran amor de Dios está en su respuesta. “Da, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”. 

Por lo tanto, el pago del tributo a César no puede ser contrario a la ley de Dios. Como lo pretendían los fariseos. En nuestro mundo las grandes empresas, defraudan a hacienda por medios ilegales. 

Al cristiano nos pasa algo parecido, queremos defraudar a Dios en muchas formas. 

Jesús reconoció el deber de sus seguidores de reverenciar y obedecer a Dios y respetar sus obligaciones cívicas. Hay dos extremos. 

Uno es renunciar a la sociedad secular. Los cristianos que se recluyen del “mundo”, no pueden ser “levadura” para bendecir a su prójimo. 

Segundo:Los cristianos no deben ser regidos por los pareceres de la sociedad secular. El cristiano no puede influir sobre los mundanos haciéndose mundanos. 

No deben ser “del mundo”. El cristiano siempre vive bajo cierta tensión. Debe de estar siempre alerta para tomar correctamente sus decisiones.
El que tenga falta de sabiduría, pídala a Dios, Él está dispuesto a darla. 
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren por mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7

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