Cualquiera, pues, que me oye
estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que
edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos,
y soplaron vientos, y golpearon contra la casa; y no cayó, porque
estaba fundada sobre la roca. Mateo 7:24-25.
Antes de la caída de Jerusalén
había falsos profetas que “realizaban grandes señales” como
prueba de su autoridad, y la gente consideraban que hacían grandes
prodigios (Mat.12:28-39; Apc.13: 13-14; 16:13-14; 19:20).
Dichos
milagros carecen del poder de Dios. Estas señales estaban dirigidas
para confundir a los escogidos de Dios en aquella época. Estos
fieles han obedecido el consejo del Testigo fiel, que amonesta a los Laodicenses; han ungido sus ojos “con colirio” (Apoc 3:18) y por
lo tanto pueden distinguir entre lo falso y lo verdadero.
La lógica
de la oración sugiere que es imposible que Satanás engañe a los
que aman y sirven a Dios con sinceridad. La “obra maestra” del
engaño de Satanás se completa en (CS. p. 617, 681-682).
Un amor
genuino por la verdad y la diligencia en obedecer toda las
instrucciones que Dios ha dado para los últimos días,
es la única protección posible contra los engaños del enemigo, los espíritus seductores, y las doctrinas de demonios (Ev. 452; 3º JT.275-276; TM 475).
es la única protección posible contra los engaños del enemigo, los espíritus seductores, y las doctrinas de demonios (Ev. 452; 3º JT.275-276; TM 475).
Son como torrentes de agua que viajan por un barranco y se lleva
todo lo que encuentra hacia el mar. La advertencia en contra de los
engaños de los últimos días fue dada para los cristianos, para que
comprendieran los peligros.
Conozco un castillo que el agua lo
azota, pero nunca cae. Su fuerza esta en su fundamento, en la roca.
Las olas son las artimañas de Satanás, que trata de destruir al
cristiano, por medio de teorías humanas.
Jesús no deja ninguna duda
en cuanto a lo que dice. El que construyó en la roca era como el que
vive en armonía con las enseñanzas de Jesus; y el necio que hace
caso de las doctrinas de los hombre y que no guardan sus
mandamientos, son los que edifican su casa en la arena y re usan
seguir el camino de Jesús.
“Todo tiempo construimos; sabia o
neciamente. Edificamos en nuestra mente con todo lo que hacemos,
pensamos, hablamos, y soñamos. Hacemos un cuadro y lo colgamos en
la pared de nuestro corazón.”
Algunos estamos poniendo manantiales
falsos en nuestro edificio; manantiales que no pueden soportar las
pruebas de la tormenta.
Nuestra casa debe de estar fundada en la Roca de Cristo, en su palabra y amonestaciones y no nos dejemos llevar por las corrientes impetuosas de los falsos maestros que son como aguas torrenciales. Edifiquemos nuestra casa en la Roca que es Cristo Jesús.
Nuestra casa debe de estar fundada en la Roca de Cristo, en su palabra y amonestaciones y no nos dejemos llevar por las corrientes impetuosas de los falsos maestros que son como aguas torrenciales. Edifiquemos nuestra casa en la Roca que es Cristo Jesús.
MARANATA.
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Notificación: Estimados lectores
de este blog. Oren por mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7
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