Por
tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo
la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen, como por el Espíritu del Señor. 2º Cor. 3:18.
Durante
un reportaje, cierto escritor declaró que a su juicio la gente en
realidad no desea cambiar. Por mucho tiempo creyó que los seres
humanos, incluso él, disfrutaba con los cambios. El era un ávido
consumidor de los productos más novedosos y sensacionales, porque
creía que los cambios lo beneficiaba.
Pero
un día descubrió con enorme sorpresa que en todos los aspectos
básicos de la vida no deseaba cambiar ni quería oír hablar de
cambios. No juste o no, nuestro versículo afirma que Dios quiere
transformarnos.
Ese
cambio se realiza gradualmente a lo largo de toda la vida cristiana,
hasta que final mente se completa. El Plan de la redención tiene
este propósito de restaura la imagen de Dios en el hombre, ya que
esta se perdió por causa del pecado. (Rom 8:29; 1º Juan 3:2).
Transformación
que se produce contemplando a Cristo (Rom. 12:2; Gal. 4:19). La
contemplación de la imagen de Cristo actúa sobre la naturaleza
moral y espiritual en la misma forma en que la presencia de Dios
actuó sobre el rostro de Moisés.
“en
un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta”.
Pablo añade: “Nosotros seremos transformados” (1º
Cor.
15:52). Nuestro versículo está basado en una ilustración que
Pablo encontró en la historia de Israel. Su dirigente, Moisés,
ascendió al monte Sinaí y paso cuarenta días con sus noches en la
Presencia divina.
Al
descender del monte su rostro resplandecía de tal manera con la
gloria del Señor, que la gente no lo podía mirar. Dice la Escritura
que “tuvieron miedo de acercarse a él” (Exo. 34:30).
El
cristiano más humilde que constantemente contempla a Cristo como su
redentor, refleja en su propia vida algo de la gloria de Cristo. Si
fielmente continua haciéndolo, ira “de gloria en gloria” en su
experiencia cristiana personal.
A
través de Cristo vemos la revelación del Padre y esa plenitud se
realizó por medio de Cristo. Cuando el hombre ve en Cristo a Dios
y su gloria, se transforma a su semejanza. La cuestión es: ¿Tú y
yo queremos reflejar el carácter de Cristo?
Si la respuesta es si,
debemos mirar a Cristo y hacer lo que el izo, visitar a los enfermos
a las viudas y socorrer al pobre, entonces empezaremos a caminar como
camino Cristo.
Carta
a los usuarios.
Les agradezco sus oraciones, no estoy muy bien, pero
por la gracia de Dios se que me recuperare de la vista. Sigan orando
por mi recuperación. Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo sea con
ustedes.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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