Por tanto así ha
dicho Jehová He aquí yo te quito de sobre la faz de la tierra;
morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová.
Jeremías 28:16.
Si hay algo que el
hombre tiene respecto o temor es al desierto. Los toares y los
Bereberes que antiguamente atravesaban con sus caravanas los
desiertos de Arabia y del Magreb o Sahara. Se cuenta la historia de
un nómada o hombres azules, yacía debilitado en su tienda en el
desierto que atraviesa Niger, Marruecos. Este hombre yacía
debilitado, el hambre lo despertó.
Encendió una vela y
busco unos dátiles. Saco uno, lo observó a la luz de la vela, y al
ver que tenía gusanos, lo tiro. Tomó otro dátil y repitió la
misma operación con el mismo resultado. El tercer dátil que
sustrajo de la bolsa también estaba agusanado. Desesperado, sopló
la vela y en la oscuridad se comió los datiles agusanados.
La raza humana ha
apagado la vela de la ley y el orden, del dominio propio, de la
revelación divina, y se ha sentado en el desierto de las naciones,
para devorar los gusanos de la rebelión y la anarquía.
La rebelión es tan
antigua como el pecado. Durante el periodo más amargo de la
historia de Israel, el profeta Jeremías se enfrento con la violencia
y la oposición del pueblo de Dios.
Había profetizado
siete años de cautiverio y la destrucción de jerusalén y el
templo. Sus palabras provocaron su arresto y su muerte. ¡Que
extraño que el mensajero de Dios haya recibido tan terrible trato de
manos del pueblo de Dios!
Pero la historia se
repite y seguirá repitiéndose, porque el hombre es una roca. Si
este hubiera (pueblo) obedecido la voz del Señor que le hablaba por
medio de Jeremías profeta de Dios, se habrían evitado el desastre
nacional. Pero el hombre es el animal que tropieza en la misma piedra
dos veces.
Lo cierto que Dios
usa el símbolo del yugo para condenar los intentos de resistir a
Dios. El yugo que llevaba Jeremías en el cuello, era símbolo del
cautiverio, y lo rompió mientras proclamaba a gran voz que Judá iba
a regresar de Babilonia después de dos años y no de setenta.
El Señor cansado de
la rebelión, anunció por medio de Jeremías la muerte de Hananías.
Moriría ese mismo año. La perdición se cumplió dos meses más
tarde. La copa de la ira de Dios está llena hasta el borde.
Pero la misma
premonición que fue en tiempos de Jeremías, esa misma esta dirigida
al hombre de este siglo. (Apocalipsis 14; 16; 17; 18.). Pronto podrá
atajo a los planes orgullosos y rebeldes del hombre. Pero en medio de
la anarquía moral y nacional, Dios dispondrá de un pueblo que se
distinguirá por su honestidad, su pureza y su sencillez.
Evitara toda forma
de mundanalidad, y dará buen ejemplo mediante sus hábitos correctos
de alimentación, y de vestimenta, su bondad, y su paciencia, su amor
y su abnegación.
¿Perteneces tu a
este pueblo? Si es así Amen.
Maranata
Les
agradezco sus oraciones, no estoy muy bien, pero por la gracia de
Dios se que me recuperare de la vista. Sigan orando por mi
recuperación. Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo
sea
con ustedes.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
http://
segunda venida apocalíptica
No hay comentarios:
Publicar un comentario