miércoles, 12 de noviembre de 2014

SOLO EL PRESENTE ES NUESTRO.


Y mis días fueron más veloces que la lanzadera del tejedor. Job. 7:6.
Una parte notable de la complicada maquinaria del famoso reloj de la catedral de Estrasburgo, son las estatuas de los doce apóstoles que salen al mediodía y desfilan en reverente procesión delante de la figura de Cristo, que levanta la mano para bendecirlos mientras un gallo bate las alas y canta tres veces.

Durante el primer cuarto de hora aparece la infancia feliz y hace sonar la campana. La juventud se deja ver en el segundo, mientra que el tercero un adulto da la campanada. El último cuarto de hora está a cargo de la ancianidad, débil y decrépita, que levanta lentamente el martillo. Cuando termina,una estatua que representa a la muerte alza el brazo y da el golpe que permite ver la hora.

El tiempo es la vida de la humanidad. Todos los hombres lo reciben. “Tiempo y ocasión acontece a todos” Hay un tiempo propicio, un momento preciso para determinar nuestro destino hacia la salvación, pero sera el hombre y no Dios el que lo elija por su propia voluntad.(Ecl. 9:11).

Job era consciente de la brevedad del tiempo cuando formuló la declaración del versículo de hoy. El hecho es que sus días terminaría en breve tiempo, el era consciente de este hecho.

El hombre inteligente sabe que el mañana no le pertenece. Sólo el presente es nuestro. Pero por desgracia el hombre tiene este dicho: Comamos, bebamos, que mañana moriremos.

El tiempo es irrevocable. No hay oración, ni amenaza, ni medico, por más hábil que sea, no hay ciencia que pueda hace retroceder el tiempo, cierto es, que el tiempo ha logrados grandes progresos en muchos campos de la investigación, incluso han descubierto que el espacio en la materia oscura existe millones de Galaxias; pero el hombre no puede detener el tiempo ni repetir el tiempo.

El hombre temeroso de Dios, debería cuidar el tiempo malgastado en cosas superfluas de la vida, porque daremos cuanta a Dios de nuestro tiempo mal gastado.

El tiempo es un talento y de ningún otro talento que él [Cristo] nos haya dado requerirá estricta cuenta (P.V. Gran Maestro. pg. 277).

Salomón estaba en lo cierto cuando declaró que “el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio” [Una sumisión inteligente a la ley de Dios y a la ley del país es un requisito para disfrutar de paz y seguridad, tanto aquí como en el más allá (C.S. 641-642) (Ecl. 8:5). Ya que el tiempo es un talento “aun cuando no perdamos nuestra alma, en la eternidad nos daremos cuenta del resultado de no haber usado los talento que Dios nos dio (Id., p. 297).

El acostarse por la noche sabiendo que se ha usado con honor y provecho el tiempo correspondiente a ese día, es una gran bendición. Y al despertar, la provisión renovada del tiempo nos recuerda el maná que cada día nos da a través de tu palabra.
Nuestra provisión se renueva día tras día, momento tras momento. Usémosla con cuidado. Cada momento cuenta para la eternidad.
Maranata.
Les agradezco sus oraciones, no estoy muy bien, pero por la gracia de Dios se que me recuperare de la vista. Sigan orando por mi recuperación. Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes.
Maranata 
Luis José de Madariaga.
La Biblia a través del tiempo.
http:// segunda venida apocalíptica

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