No hay paz para con
los malos, dijo Jehová. . . ¡Oh, si hubieras atendido a mis
mandamientos! Fuera entonces tu paz como un rio, y tu justicia como
las ondas del mar. Isa. 48:22, 18.
Hasta la entrada del
pecado todo lo que hacia los seres creados por Dios tenía el
propósito de honrarlo como Creador. Cada palabra, cada pensamiento,
cada motivo y acciones mostraba el amor y la justicia de Dios.
Todo lo que les
acontecía a los ángeles lo hacía más conscientes del hecho de que
lo debían todo a Dios. Y este deseaba que todas sus criaturas fueran
creciendo en amor hacía él. Cuando se persevera en esa actitud, el
resultado es la verdadera felicidad. Sin ese amor la vida carece de
significado.
No hay paz. Si se
compara con Isa.57:20-21. Y la fervorosa exhortación de este
capitulo (ver 1, 4, 8, 10, 17-18) culmina con los trágicos
resultados de la transgresión de la ley. La paz es el resultado
inevitable de la justicia (cap. 32:17), pero es totalmente
inalcanzable para quienes andan por los caminos del mal.
¿Realmente el
cristiano ha notado esa frase que se encuentra en el mensaje del
tercer ángel, y que muchas veces se pasa por alto? En este testo se
refiere a los que tienen la marca de la bestia, declara: “Y el humo
del tormento de ellos sube para siempre jamás. . . No tiene reposo
día ni noche, ni cualquiera que tomare la señal de su
nombre”.(Apoc.14:11).
El tercer ángel
proclama una amenaza sumamente terrible. Los habitantes de la tierra
no tendrán excusas si “adoran a la bestia y a su imagen”
Que
esta representando al papado y al protestantismo, todos los que se
inclinen ante la bestia y su ley dominical no tendrán reposo. La
pregunta es: ¿Los seres humanos (los cristianos) tienen reposo,
tienen descanso? Los hombre deben dedicar a descubrir la identidad de
la verdadera paz. Si entendemos que el ser humano que ha violado su
conciencia y sus facultades se inclina ante el mal, entonces los
impíos no tienen paz.
El mal se basa en
ciertos principios que constituye el fundamento sobre el cual se
levanta la falsificación de la salvación por la fe: y la salvación
por las obras. El conflicto entre Cristo y Satanás gira en torno de
estos dos sistemas: A/ la salvación por las obras, B/la salvación
por la fe.
Como una hebra
dorada y otra negra corre a lo largo de las Escrituras desde el
Génesis hasta el Apocalipsis.
La vida del ser
humano se vasa en estos dos principios. No hay tercera oposición.
Hace un mes y medio, en una expobiblia en una conversación con dos
jóvenes cristianos, me comentaron que ellos guardaban la ley y que
hacia las obras que hacia Cristo, a lo que respondí: ¿que ley? ¿que
obras? La ley no fue clavada en la cruz, fue la ley ceremonial. El
hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe.
Los que creen en la
salvación por la fe (el principio del sello de Dios) obedecen a Dios
y, como resultado, gozan de una paz y seguridad que el mundo no
ofrece. Tiene “la paciencia de los santos” (Apoc.14:12). Poseen
una serena paciencia y confianza, y nada los perturba.
Creen en la vida y
la justificación les pertenece sólo como un misericordioso don
divino, y actúan continuamente de acuerdo con ese principio.
Maranata
Les
agradezco sus oraciones, no estoy muy bien, pero por la gracia de
Dios se que me recuperare de la vista. Sigan orando por mi
recuperación. Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo
sea
con ustedes.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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