Todo aquel que
comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción
de la ley. 1º Juan 3:4.
En cierta ocasión
un periodista le pregunto a una niña, que significaba el pecado para
ella. La niña de siete años le contestó: “Darle una patada a mi
hermano es una falta pequeña, pro golpear a un perro es pecado”
Esta respuesta indica la falta de objetividad y un falso concepto de
los valores.
Un niño de seis
años se expreso así: “Un pecado es una seria equivocación,
ejemplo, pelear con mi hermano. El es mayor y más fuerte que yo,
así que si me peleo con él es pecado, porque cometí una seria
equivocación”.
Esta respuesta
revela el mismo problema que tenía Judas. Temía más a las
consecuencias de sus actos que el hecho de que su relación con Dios
se suspendiera.
En Gr. hamartía, “es pecado” “error” Es el acto de alejarse de la ley de Dios, es violar la ley moral.
En Gr. hamartía, “es pecado” “error” Es el acto de alejarse de la ley de Dios, es violar la ley moral.
Lo cierto que el uso
del articulo definido sugiere que el autor esta hablando de “pecado”
para referirse atodas clases de pecados. Que causa la separación
con Dios. Sabéis. Juan retorna al punto culminante del cap. 3. Él
apareció para quitar los pecados mediante la expiación, destruyendo
al pecado.
El pecado desfigura
a la persona, la hace más violenta/o, irritable, insegura, desconfía
de todos,criticona/on, otras palabras esta representando el carácter
de nuestro enemigo.
El pecador cuando
descubre la gracia redentora, es trasformado; es por esto que el
cristiano debe buscar en Cristo la sabiduría y dirección, teniendo
en vista el carácter de Dios; y a través de este concepto, buscar
la salvación de nuestras almas.
Debemos procurar
individualmente obtener nuevas victorias cada día. Debemos aprender
a permanecer en pie solos y depender por completo de Dios. Cuanto
antes aprendamos esto, mejor. Debemos descubrir cada uno en que
fracasamos, y luego vele fielmente para que sus pecados no lo venza,
antes bien, obtenga la victoria sobre ellos. (PE. p. 105).
Promesa.
“Dios quiere que
sepamos con cuánto fervor y ternura se conmueve su corazón por
nosotros. Nos convida a llevar nuestras pruebas a su simpatía,
nuestro pesar (el pecado) a su amor, nuestras heridas a su poder
curativo, nuestras debilidades a su fuerza, nuestro vacío a su
plenitud. Jamás deja frustado al que se allega a él”. (DMJ. 73).
Maranata
Les
agradezco sus oraciones, no estoy muy bien, pero por la gracia de
Dios se que me recuperare de la vista. Sigan orando por mi
recuperación. Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo
sea
con ustedes.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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