Pues de justicia se
vistió como de gloria (coraza), con yelmo de salvación en su
cabeza; y se puso las ropas de venganza por vestidura, y se cubrió
de celo como de manto.(versión R,V.) Isaías 59:17. Se puso la
justicia como coraza y el casco de salvación en su cabeza. Se puso
como túnica vestidos de venganza y se vistió el celo como un manto
(Isa. 59:17 Versión B.J.).
Este oráculo en
prosa anuncia la perennidad de la alianza de Jehová con Israel en el
pasado, pero para el Israel espiritual,señala la difusión del
Espíritu Santo y la actividad profética en todo los tiempos cf. 40:
7-8; 51:16; 61:1; Jer. 1:9.
Isaías describe a
Cristo como un guerrero armado que entra en lucha por la salvación
del hombre. El conflicto es real, se trata de una guerra, pero el
conflicto no se riñe con armas carnales. La armadura es de Dios,
pues es él quien la proporciona cada parte que la compone (Efe.
6:14-17).
Se nos pide que nos
vistamos con ella y luchemos valientemente en la batalla de esta
vida. El que preparó la armadura garantiza su eficacia. El cristiano
nunca comprenderemos hasta que estemos en el reino de nuestro Dios,
la batalla que entabla los ángeles por cada alma que acepta seguir a
Cristo, es una batalla
que definirá el
nuestro destino hacia la eternidad.
Pablo afirma que la
lucha es contra espíritus y poderes muy superiores a los hombres en
inteligencia y en pervertida astucia;
las fuerzas
satánicas que están preparada para la lucha.
La filosofía falsa
sostiene que los deseos reprimidos produce ansiedad, lo cual sería
perjudicial. Es verdad que en el interior del ser humano se libra un
batalla interminable entre los deseos y el deber. Pero la solución
del conflicto no consiste en bajar las normas y acceder a los deseos,
y abandonarse a si mismo.
En mis 46 años de cristianismo, e experimentado bajadas y subidas, y reconozco que creyentes “cristianos” que se creían fuertes en la fe, dejaron la fe, porque cedieron a las demandas del mundo.
Pablo nos dice que el cristiano es vulnerable en muchos puntos, y a menudo aquellos que piensan que es su punto más fuerte, ante la tentación resulta ser el más débil. (Foto. La lucha contra el yo).
Así como una cadena
no es más fuerte que su eslabón más endeble, el cristiano no es
más fuerte que su rasgo de carácter más deficiente. Debido a la
variedad del enemigo que debe ser enfrentado y a las muchas
debilidades de carácter y de la carne, únicamente será suficiente
si llevamos puesta toda la armadura.
La confianza en Dios
nunca priva al cristiano del privilegio de ejercer al máximo las
facultades que ha recibido de Dios. Es cierto que la batalla nunca
será ganada sin las armadura y el poder de Dios; pero no es menos
cierto que no será ganada sin la cooperación de lo humano con lo
divino.
A pesar de todos los
conflictos que en mi vida e tenido, bajadas y subidas no lo cambio
por nada, ya que en mis victorias e experimentado el poder de mi Dios
para vencer mis debilidades y pulir mi carácter, yo digo: prosigo al
blanco por la fe en Cristo Jesús.
Pensar en esto: Nuestra ciudadanía está en el cielo, no en este mundo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Fil. 4:13).
Pensar en esto: Nuestra ciudadanía está en el cielo, no en este mundo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Fil. 4:13).
Maranata
Les
agradezco sus oraciones, no estoy muy bien, pero por la gracia de
Dios se que me recuperare de la vista. Sigan orando por mi
recuperación. Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo sea con
ustedes.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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