No os hagáis
tesoros en la tierra donde la polilla y el orín corrompen, y donde
ladrones miran y hurtan; sino haceros tesoro en el cielo, donde ni la
polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mat.
6:19-21.
¿Que pensamiento
más hermoso nos inspira la palabra “tesoros” que aparece en
Mateo? Recuerdo por los año 69 en Venezuela, que un amigo nos contó
en en cierto lugar de la selva amazónica de Venezuela se encontraba
grandes tesoros.
Cierto día nos
pusimos en camino hacia aquel estado, buscamos por los puntos
indicados, pero el intento fue desastroso, el afán de encontrar oro
era frustrante, lo más curioso era que al final nos dimos cuenta que
el verdadero tesoro estaba ante nosotros y no lo veíamos, era el
auyantepuy.
La acumulación de
bienes terrenales generalmente se debe al deseo de tener seguridad en
lo futuro y refleja temor e incertidumbre. Jesús indica a los que
quieren ser cuidadosos de su reino que la posesión de riquezas
materiales es un motivo de ansiedad más que un medio de liberarse de
ella.
El texto que nos
quiere transmitir Jesús va más allá del egoísmo humano. Cierto
es que por lo general el hombre busca su bienestar, y eso esta bien,
pero cuando pasas el limite de lo establecido por Dios, se convierte
en el amor de su vida, y esto si es un gran problema humano.
El tesoro ya no esta
en la tierra celestial, sino en la tierra. El cristiano se convierte
en un indolente ante sus propias necesidades. El tesoro del ser
humano es el egoísmo, la intolerancia y el afán de ser mas ricos
que los demás.
La envidia lo devora, “es la polilla” los carcome o corroe. Todas las posesiones materiales son afectadas de un modo u otro por pérdida, desgaste, depreciación o deterioro.
Lo cierto que Dios
alimenta con abundancia a los animales que ha creado, ¿no tendrá
acaso mayor preocupación por la felicidad y el bienestar del hombre?
La mayor parte de
los seres humanos están afanados trabajando por la comida, el
vestido a la última moda, y por poseer grandes casa. La mayoría de
las personas gastan su “dinero en lo que no es pan” y su “trabajo
en lo que no sacia” (Isa.55:2)
Con demasiada
frecuencia tendemos a hacer de las cosas materiales el principal
propósito de nuestra vida, con las vanas esperanzas de que Dios será
indulgente con nosotros, y que a final de nuestra existencia, añadirá
la eternidad.
¿Pero cual es el
verdadero tesoro? La piedad, el ayudar a la viuda, al huérfano, todo
esto esta bien y es correcto. Pero el gran propósito de la
existencia de los hombres es que “busquen a Dios” (Hech.
17:27-31).
No puede existir
seguridad aparte de Dios y de la ciudadanía de su reino. No hay
mejor cosa que la confianza en Dios. El verdadero tesoro del “hombre”
“porque no todos son llamados”
“ni todos
escogidos”
La fidelidad a Dios y el conocer su gracia y su muerte; es el gran tesoro para el cristiano. No permitamos que este ladrón del tiempo nos aparte de nuestro tesoro, que es Jesucristo el gran tesoro dado a los hombres.
La fidelidad a Dios y el conocer su gracia y su muerte; es el gran tesoro para el cristiano. No permitamos que este ladrón del tiempo nos aparte de nuestro tesoro, que es Jesucristo el gran tesoro dado a los hombres.
Maranata
Les
agradezco sus oraciones, no estoy muy bien, pero por la gracia de
Dios se que me recuperare de la vista. Sigan orando por mi
recuperación. Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo
sea
con ustedes.
Luis
José de Madariaga.
La
Biblia a través del tiempo.
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segunda venida apocalíptica
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