jueves, 5 de septiembre de 2019

MENOS PALABRAS Y MÁS ACCIÓN.


Orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrerías serán oídos. 

No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Mat. 6: 7-8.
No tantas palabras” es la esencia del consejo de nuestro Señor. Esto se puede aplicar desde la Edad Media hasta nuestro siglo. Cuando uno ora debe hacerlo con sentido común. 

Hay religiones que sus oraciones son como “parlotea” “hablan sin pensar lo que dicen” “son rezos repetitivos” Pero cada uno es libre de adorar como uno cree. 

Pero Cristo lo deja muy claro en su contesto de Mateo 6. Cuando oramos en privado o en el culto familiar, nuestras palabras, ¿son una mera y gastada repetición, sin pensar? 

¿Tenemos algunas frases hechas que repetimos sin sin cesar? 

No decimos con esto que cada oración debe ser una pieza literaria. Eso no es necesario. 

La oración tiene que ser con sentido sabiendo lo que vas a decir, ya que estamos en la presencia del gran Rey. Si fuéramos a la casa de un amigo cada día y repitiéramos una serie de declaraciones gastadas, pronto ya no seríamos bienvenidos. 

Mi experiencia personal, esto yo lo vivido muchas veces con hermanos de la fe. Creo sinceramente que la oración debe ser fresca y fluida, no estarse diez minutos diciendo al Señor las mismas cosas. 

La oración corta y directa es la más aconsejada. Las oraciones largas las hace uno en su cuarto o recamara. Cuando yo tenia que trasladarme a Murcia desde Zaragoza, estaba orando o hablando con Dios horas y horas, esas son las oraciones privadas. 

La oración tiene que ser fresca, espontanea, y natural. 23 Los que oramos en público debemos evitar “vanas repeticiones”. Esto es un vicio que hay que corregir. 

Con frecuencia, las oraciones podrían ser frescas y atrayentes si le que las ofrece pensara de antemano en lo que va a decir. Hace dos semanas que oramos por un problema de salud de un hermano de la iglesia. 

Pues la iglesia se componía de siete miembros. Sabemos que otros hermanos oraron por este problema en sus vacaciones, de eso estoy seguro. 

Pero el anciano y los seis miembros, de los cuales uno no pertenecía a la iglesia. En ese momento de oración, el anciano dijo: que orásemos dos, cantaríamos un himno y después dos hermanos orarían. 

Mi sorpresa como la del grupo, fue que este hombre que no era de la iglesia oro. 

Fue una oración corta directa, que nos llego a todos. Este hombre nunca había orado en publico, por lo menos en la iglesia. 

Cantamos el Himno y salimos. Creo sinceramente que Dios ayudara a ese hermano que fue ungido. Creo en el don de la sanidad, creo que Dios hace grandes milagros cuando su iglesia pide con fe.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores de este blog. Estimados lectores de este blog. Por mi salud y por este proyecto Sal. 62:7.

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