viernes, 4 de marzo de 2011

FE PARA NOSOTROS MISMOS.

Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le busca. Hebreos. 11: 6.

Jim tenia gran fe en Dios. Tenía fe para creer que "si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). (foto, la fe es confianza, los niños)


Creía en la promesa: "Invócame en el día de la angustia; te libraré y tu me honrarás" (Sal. 50:15). Creía en todas las promesas de la Biblia. Pero cuando conocí mejor a Jim, co
mencé a ver que su "fe" era efectiva sólo respecto a otros y prácticamente era nula respecto a sí mismo. Creía que Dios podía perdonar y limpiar a otros, y que lo hacía.

De algún modo eso no se aplicaba a Jim. Creía que Dios podía ayudar en tiempo de dificultad. Pero de alguna manera limitaba esa ayuda a otros; no podía imaginarse que Dios se molestara con Jim. Confiaba que no podría sobrevenirnos ninguna prueba que no pudiera ser resistida con fortaleza de Dios. Pero de alguna manera ese "nos" nunca lo incluía a él. (foto, el o sito tiene fe en la protección de su madre).

Por supuesto, la fe de Jim no era fe, pues una de las grandes pruebas de la fe depende de nuestra confianza en lo que Dios hará personalmente para nosotros. En realidad, Jim no es una excepción
. Es tan común esta falta de fe, que ella se ocupa una profecía para estos últimos días: "También debes saber esto: que en los postreros días...[habrá hombres] que tendrán apariencia de piedad [parte de lo cual es una profesión de fe en Dios], pero negarán la eficacia de ella" (2 Tim 3:1,5).

En vista d
e todo esto, la pregunta que afrontamos es: "¿Cómo en mi fe? ¿Es una fe que permite que Dios me perdone y limpie personalmente? ¿Es una fe que me capacita para volverme a Dios en mi necesidad, confiando que él oirá y responderá cuando y como lo crea conveniente? ¿Es una fe que se aferra firmemente a la promesa de que Dios me da poder personalmente para hacer frente a cualquier prueba, penalidad o tentación? Hoy no sólo hablemos de la fe, sino pensemos en ella y actuemos por ella a fin de que crezca fuerte e inconmovible.(foto. Cristo dio su amor por ti y por mi).


T. A. Davis

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