Así también vosotros, si por la lengua no habláis palabra bien entendible, ¿cómo se sabrá lo que se deci? Pues hablaréis al aire. Hay por ejemplo, tantas clases de idiomas en el mundo, y ninguno de ellos carecen de significado. 1º Corintios 14:8-10.
Una de las preguntas que plantearía a los cristianos es: ¿Es posible saber qué cosa es realmente buena en un mundo donde las noticias son confusas? ¿Vivimos en un mundo confuso? Donde lo malo es bueno y lo bueno es malo.
¿Vivimos en un mundo confuso y desordenado? ¿Hay un medio por el cual podemos guiarnos a un mundo mejor?
En el antiguo Israel, el bijia que estaba a cargo de la trompeta debía estar seguro que sonido debía de dar, un error podía costar la vida a muchos.
El lenguaje de la trompeta era inteligible para el ejército; Un solo error podía en peligro al ejército.
En este sentido la Biblia debe de dar un sonido certero y claro, esta declara: “Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Ecl. 12:13).
Uno mayor que el hombre ha provisto para nosotros un guía para conducirnos por el camino de rectitud. Otra cosa es si queremos seguirle.
Dios es el creador del universo. Aunque medio mundo niegue su existencia. Es sabedor de cada necesidad del hombre, sabe cada tentación que tenemos, y sabe cada pecado que cometemos.
Sabiendo todo esto Dios, ha dado la salida para salir del problema que tiene el hombre. Le ha dado un mapa que nos ayudará a orientar para que recordemos el camino que va a la eternidad.
El ser humano solo se ocupa de las cosas externas, pero es Dios que está tratando de que escojamos la vida eterna.
Los idiomas (“lenguas”) se aprende para tener una fluida conversación con otras personas de otros países. Así la biblia esta en todos los idiomas, para que las personas sepan lo que van acontecer en un futuro inmediato.
Así es imposible respetar los preceptos humanos, y continuar en la senda recta, porque los humanos se ocupan de los actos externos; en este proceso de transformación se requiere a Dios par discernir los motivos ocultos del corazón.
Para el cristiano es ineludible contar con una norma divina. Es por eso que Dios da al hombre los Diez Mandamientos. pero la sola obediencia a los mandamientos no basta.
No pensemos jamás que Dio nos dió su ley a fin de obligarnos a la sujeción. La dió con un sólo propósito: para perfeccionarnos y colmarnos, par librar al hombre de la esclavitud del pecado.
Así el hombre debe responde la ley demuéstralo con cánticos de alabanzas.
MARANATA.
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