martes, 10 de agosto de 2021

DIOS NOS ENSEÑA.

Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría Salmo 90:12

Una de las cosas que el hombre no posee es el tiempo. Para el hombre el tiempo y el espacio se nos hace muy cortos, para algunos se les hace largo. 

No podemos entenderlo, se nos escapa a nuestra imaginación. Pero lo que no entendemos ahora, esto es para los hijos de Dios, lo entenderán en la tierra nueva. 

Pero el salmista quiere hacernos entender, que las cosas de este mundo son pasajeras, que sólo se vive una vez. 

Por lo tanto aconseja al hombre que adquiera sabiduría de Dios y no de hombre. 

La ciencia del hombre se acabara, pero la ciencia divina irá creciendo hasta que lleguemos a la plenitud de Cristo. 

Sólo Dios ve el fin desde el principio, pero nosotros debiéramos orar y estudiar su palabra en busca de la gracia necesaria para proceder como si viésemos el fin de este mundo. 

El hombre y las mujeres deben de meditar en la brevedad de la vida para poder emplear sabiamente el tiempo que Dios nos concede. 

El tiempo influyen sobre nuestras propias existencia. Entonces nuestro tiempo está íntimamente entrelazado en una estructura unificada como lo está en el universo es decir: 

Para la primera, el espacio y el tiempo están íntimamente entrelazados en una estructura unificada de cuatro dimensiones, el espacio-tiempo, en la que se sustenta el Universo. 

Este espacio es continuo, lo que significa que no existe (huecos) ni “divisiones” en ninguna parte del Universo.

El otro conjunto es la Mecánica Cuántica, que gobierna con mano fuerte las interacciones entre las partículas. Con este sencillo ejemplo de como rige el universo. 

Vemos una nítida claridad “temer a Dios, y guardar sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” El hombre no puede estar separado de su Hacedor (Dios)

Como el espacio-tiempo. La solución está en nuestra manos. Dios es el creador del universo. Es conocedor de cada pensamiento del hombre sea para bien o para mal. 

Tras los méritos de Cristo y la obra del Espíritu Santo en el hombre, es lo que formaría la Mecánica Cuántica. Que juntos no se pueden destruir. 

Jesús censuró la opresiva legislación de su tiempo. A través del Espíritu Santo podemos no solamente guardar la ley de Dios sino estar en una relación íntima inseparable con Dios.

 Así como existe una relación íntima entre la Mecánica Cuántica. Dios quiere tener esa relación con cada uno de nosotros, si se lo permitimos.

MARANATA.

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