El valle de sombra de muerte aparece en Hebreo 18 veces (Heb. Tsalmáweth). En la RVR 16 veces como “sombra de muerte” y otra veces “entenebrecido” y otra como “tinieblas”.
Este salmo es llamado de muchas formas,”el canto del ruiseñor”, “el salmo de la esperanza”, “el salmo del buen pastor” “el Salmo de la promesa” etc.
Este salmo es la delicia de la niñez, y el consuelo de la vejez. Era el himno de los mártires, cuando iban a la hoguera.
Sobre este himno se han escrito muchas canciones para corales,, y para poemas, mas que cualquier otro salmo. Tiene un mensaje para todas las capas sociales.
Es el “salmo del buen pastor”. No sólo describe al tierno Pastor que guía su rebaño al descanso y lo alimenta, sino que lo cuida de los lobos.
En el desierto que yo conozco, no hay lobos, pero abundan las serpientes muy venenosas y chacales. El Pasto representa a Cristo, y cuida su rebaño con amor.
El cristiano sólo necesita estar seguro de la presencia de Dios. Sólo Dios, únicamente Dios, y sobre la tierra nada más que Dios. Es el pastor quien cuidara del peligro a las ovejas de su rebaño.
Los cristianos de la Edad Media tenían presente este salmo. Por medio de la experiencia de tristeza de la vida se revelan la magnificencia y el esplendor de la verdadera fe del cristiano.
La muerte es una experiencia universal, sin embargo cuando el cristiano pone su esperanza en el Pastor, se disipa todos los temores.
El Pastor proporciona descanso, refugio, alimento, renovación, liberación del temor, consuelo, seguridad, victoria sobre los enemigos, y sobretodo la paz.
¿Qué más puede pedir un cristiano? Pero el salmista destaca una evidencia de la bondad de Dios y la acrecienta mediante el sacrificio de Cristo.
La esperanza de las ovejas está en el Pastor y obedecen su voz. El cristiano debe de depositar su vida en el Pastor. La muerte es un sueño, que los cristianos de la edad Media tenían presente.
El verdadero hijo de Dios, no tiene miedo a la muerte. Pues su esperanza está puesta en su Pastor.
Es un sueño, es cuando te vas a dormir la siesta, y después despierta.
El anciano salmista contempló el manto de la muerte y vió apagarse las luces, pero no sintió temor.
Descansó en paz con la certeza que será llamado el día de la resurrección (Sal 23:6).
Llegó a este estado porque había depositado toda su confianza en Dios. Hoy nosotros debemos experimentar la misma confianza.
MARANATA.
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