viernes, 13 de agosto de 2021

CRISTO HUMANO,

Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejantes a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Porque en cuanto Él mismo padeció a siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. Hebreos 2: 16-18.

El cristiano tiene que “apoderarse de” “alcanzar”, y “ocuparse” de tener “interés en “, “ayudar”. Tienes que hacerte la pregunta: ¿Cual de estos diversos significados puede aplicarse en este pasaje? 

El verbo está en presente, lo cual indicaría que se trata de algo que Cristo hace de continuo. 

El significado es “ayudar” y esto concuerda con el contexto y con la sintaxis griega, por lo tanto, sugiere este pensamiento: “ no está ayudando a los ángeles, sino a la descendencia de Abraham. 

Sino A usted y a mí. Y por ende a todos aquellos hombres y mujeres que lo acepten. Entonces nos encontramos que la finalidad del evangelio es el perdón y la salvación del hombre. 

Dios no desecha a nadie, la salvación es individual, no colectiva, es por eso que la descendencia de Abraham es espiritual (Gal. 3:29; Rom. 2:28-29). 

El Señor está determinado a llevar a cabo por medio del Espíritu Santo, a fin de producir este resultado. 

La encarnación, fue una parte del plan divino, motivada por el deseo de proporcionar un “misericordioso y fiel sumo sacerdote. . .para expiar los pecados de su pueblo”. 

Su misericordia y su fidelidad, es lo que caracteriza para realizar un ministerio justo, completo. La fidelidad equilibra la misericordia al tener en cuenta los derechos y los deberes del ofensor. 

Cristo como sumo sacerdote, debe ser bondadoso y compasivo con el trasgresor; pero también debe ser fiel a la justicia y no ignorar la ley. 

La fidelidad mantiene el delicado equilibrio entre la misericordia y la justicia implacable. El sumo sacerdote debe ser considerado con el pecador y también con el que ha sido ofendido. 

Debe ser fiel a su cometido y al mismo tiempo misericordioso con el transgresor. Esta es la parte que corresponde a Dios. Ahora viene nuestra parte, que si la tenemos. 

El arrepentimiento y el abandono de nuestras malas prácticas, debe de ser desterrados de nuestras vidas. 

Tenemos testimonio de Carlos Wesley, el viaje que hicieron desde Inglaterra a los Estados unidos había dos clase de cristiano. 

El dijo lo siguiente: Wesley y sus compañeros fueron inducidos a reconocer que la religión verdadera tiene su asiento en el corazón y que la ley de Dios abarca los pensamientos lo mismo que las palabras y las obras. 

(ver El C.S. p. 295 al final del párrafo hasta 99). Siempre hasta que Cristo venga en su gloria habrá dos clases de cristianos dentro de la iglesia.

MARANATA.

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