Pero sé ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en limpieza. 1º Timoteo 4:12.
Timoteo tenía una fe inquebrantable y Pablo confiaba en el, y su dedicación al Señor era intachable.
Timoteo era un hombre tímido y callado por su naturaleza, era más inclinado a obedecer que a dar órdenes, y el consejo de Pablo que le dad ahora tenía el propósito de corregir ese defecto.
Existe la idea entre muchas personas ambiciosas de que su deber más alto en la vida es hacer bien a otros.
Así que sermonear a su familia y sermonear a sus amigos, porque están llenos del imperativo de forzar a otros a hacer lo que es bueno.
Así que sermonear a su familia y sermonear a sus amigos, porque están llenos del imperativo de forzar a otros a hacer lo que es bueno.
Creo sinceramente que puede ser un hábito perjudicial, porque la Biblia nos enseña que tenemos una sola persona para hacer bien y ésa somos nosotros mismos.
Nuestro deber hacia nuestro vecino y amigos puede definirse mucho mejor si decidimos que consiste en tratar de hacerlos felices.
Pablo aconseja a Timoteo ser un “modelo para los fieles” Que creen en la palabra.
De esta manera el apóstol exhorta a Timoteo a continuar siendo un ejemplo de virtudes y atributos cristianos que su autoridad pueda seguir siendo respetada.
De esta manera el apóstol exhorta a Timoteo a continuar siendo un ejemplo de virtudes y atributos cristianos que su autoridad pueda seguir siendo respetada.
Timoteo debía de ser un ejemplo para muchos hijos de Dios. Que alaban con sus palabras, pero que sus hechos dejan mucho que desear.
Tenemos una misión en el mundo, todos aquellos que esperan la venida de Cristo. “Id por todo el mundo; a predicar el Evangelio”.
Muchos no lo pueden hacer, ya que su ejemplo tiene mucho que desear. Creo que el ganar pecadores para Cristo sigue siendo el corazón del cristiano. Pero antes se tiene que mirar así mismo, para ver la gran hipocresía que hay en el.
Vemos las faltas de los de más, pero no las nuestras.
Lo extraño es que muy a menudo podemos influir en otros para que sean buenos más fácilmente siendo buenos nosotros mismos que enunciándoles preceptos.
Lo extraño es que muy a menudo podemos influir en otros para que sean buenos más fácilmente siendo buenos nosotros mismos que enunciándoles preceptos.
Los hombres y mujeres más bien confían en sus ojos que en sus oídos. Pablo nos aconseja a ser hombres y mujeres virtuosos, llenos del Espíritu Santo, para dar testimonio de la verdad evangélica.
Creo con sinceridad que ningún hijo de Dios es insignificante, todos somos hijos de Dios, y aunque nuestras vidas estén llenas de faltas y errores puedan pasarlos inadvertidos.
Pero lo que alguien hace en Europa pueda inclinar la balanza de la vida de un oculto observador en Africa.
Nada de lo que tú haces carece de afecto. Una palabra bondadosa, una expresión de ánimo ofrecida a su debido tiempo, puede abrir ampliamente la puerta de alguien que acepte a Jesús. Pablo te invita a ser el ejemplo de Jesús.
MARANATA.
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