LA ESCALERA HACIA EL CIELO 2º PARTE.

Y soñó, y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo: y he aquí ángeles de Dios que subían y descendía por ella. Génesis 28:12.

A través de la historia del hombre, lleva bajo sus hombros una pesada escalera que a dejado de usar. Y cuanto más tiempo pase más pesada se hace la escalera. 

Tenemos muchos ejemplos bíblicos de personajes que no usaron su escalera para ascender al cielo. Jacob yacía cerca de la ciudad de la Luz a unos 80 k/m al norte de Beer-seba y eligió pasar la noche fuera de la ciudad. 

Al contemplar los cielos y su grandeza, triste y cansado se volvió en humilde oración a Dios. Tales fueron las circunstancias mentales que rodearon su sueño. 

Que estuvo meditando durante dos días, tiempo para reflexionar sobre su conducta y comprender su propia impotencia, fue entonces cuando se le apareció el Señor. 

Dios usa la demora para purificar el alma y llevar al hombre a entregarse sin reserva a la misericordia y la gracia de Dios (DTG. 170; 342-345). 

La escalera que nos lleva hacía el trono de la gracia es Jesús. Es el símbolo visible de una comunión interrumpida entre el cielo y la tierra. 

Dios nos exhorta a subir por ella cada mañana y cada noche. La intervención de los ángeles es crucial, ya que los ángeles asciende para presentar las necesidades de los hombres de Dios y desciende con promesas de ayuda y protección divina. 

Los hombres y mujeres llevan un manto de engaños y mentiras. Y esto es lo que tortura al hombre y lo aleja de Dios.Dios nos exhorta a subir por la escalera y llegar hasta el trono de Dios. 

Pero antes debemos de dejar nuestra carga y congojas al pie de la escalera. No podemos ascender mientras carguemos con nuestros tesoros terrenales. 

Jacob se sintió solo y desesperado, como nos podemos encontrar nosotros. Cristo está en su trono esperando que vallamos, y le contemos como lo hizo Jacob sus problema. 

Jacob tuvo que dejar su tesoro, al igual que nosotros debemos de dejar nuestros tesoros en la tierra. 

Debemos hacernos expertos en subir las escaleras, y aprenderemos que a medida que ascendemos tendremos más experiencia y estaremos más cerca de Dios. 

Cuando aprendamos a depender del brazo del omnipotente, veremos la vida de otra manera, como la vemos ahora. 

Jacob ya tenía escalera, podía ascender al trono de Dios.

 El cielo debe de ser el fin de nuestros planes, y esta meta era y será satisfactoria para el hijo de Dios. 

Jacob nunca había pensado en nada que no fuera ascendente. Nuestra responsabilidad es de ascender por la escalera hasta el trono de Dios para allar la misericordia y el perdón.

MARANATA.

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