EL MODELO DE UN CARÁCTER.

Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena pro

fesión de muchos testigos. 1º Timoteo 6:12.

El cristiano debe de echar mano a la promesa de la vida eterna. Ya que esta vida es pasajera, y no hay ninguna evidencia bíblica de que cuando uno muere se va al cielo. 

Luego nuestro carácter debe de ser formado en la tierra, ya que es lo único que llevaremos al cielo cuando todos sean resucitados, y los vivos sean transformados a la imagen de Dios. 

Es por eso que debemos “Echar mano de la vida eterna” ¿Cómo es esto posible os preguntarais? Cristo nos dice: “Venid ami con fe”. Pedid y recibiréis. La fe es la base del cristiano, sin ella no podemos acercarnos a Dios. 

El segundo pasa es el perdón, y esto esta asegurado por los méritos de Jesús, siempre cuando 
haya un arrepentimiento genuino. 

Pablo frecuentemente compara la vida cristiana con los juegos olímpicos de Grecia. 

Los atletas se preparan para la gran carrera, se preparan todo el año para este gran acontecimiento, y se abstiene de toda contaminación. 

Una vez que empieza la carrera no había tiempo para asuntos livianos, ó para fiestas mundanales. El corredor cuando empieza la carrera, no mira hacia atrás, su vista esta en esa meta. 

Todo lo que el ha aprendido en su vida de entrenamiento, lo tiene que demostrar ahora. El premio es la gloria, no hay oro o plata, sino una corona de laurel, y estar escrito en los anales de la historia. 

Pero su nombre estará escrito en los anales de la Grecia imperial. Cuando un hombre o mujer conocen a Cristo, a través de su Palabras y las profecías, su vida debe ir cambiando y dejar los hábitos adquiridos y cultivados. 

La fe en Cristo revela el puro evangelio. Cristo revelo en el templo el verdadero evangelio, cuidar de las viudas, del huérfano, de los niños etc. Ese es el verdadero evangelio, puro y duro. 

Cristo no dio grandes conferencias teológicas, ni grandes estudios bíblicos. Cristo defendió el evangelio en dos formas: mediante una vida cristiana y consecuente y con una presentación lógica y sólida de la verdad cristiana.

Cristo te invita a unirte a él, en su manera de actuar y de predicar el evangelio. 

El cristiano debe de continuar peleando para poder aferrarse de la recompensa de “la vida eterna” (1º Cor. 9:24; 2º Tim.4:8). 

Cierto es que Pablo contrasta la recompensa que reciben la corona humana, con la corona celestial. 

Insta a llevar una vida santificada, con la paga de “destrucción y perdición” (ver.9) que se dará a los que tuvieron la seguridad material como la meta de su tiempo y energía. 

Todos somos llamados a la vida eterna, pero son pocos los que llegan a poseerla. 

MARANATA.

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