CADA HOMBRE TIENE UN PRECIO.

Respondió Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No has acercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfemia contra ti en tu misma presencia. Job 1:9-11

Lo sucedido en Job, es lo que está sucediendo con el pueblo de Dios. Contra más Dios bendice a su pueblo, Satanás hace todo lo contrario, hostiga más al pueblo de Dios. 

Es una lucha que comenzó desde la creación de este mundo, y acabara cuando Cristo reaparezca por segunda vez. La lucha y la experiencia de Job, es la nuestra. 

Satanás insinúa que Job servia a Dios por motivos egoístas: por el beneficio material que Dios le permitía acumular una recompensa por su lealtad. 

Satanás oculto el verdadero motivo por el cual Job adoraba a Dios, que la verdadera religión emana de un corazón sincero y lleno de amor a hacia su Creador. 

Dios no coacciona la mente del hombre, deja plena libertad para servirle. 

Esa es una de las grandezas de Dios. Satanás trata en dos formas para destruir al hombre: 

ya sea mediante la riqueza, el poder y la posición, para que se olvide de Dios, o mediante el sufrimiento, la desgracia y él desánimo, en un esfuerzo por quebrantar su fe y su valor. 

El hombre sólo puede soportar cierta medida de prosperidad o de adversidad sin que su carácter sucumba. Job fue cercado en tres puntos: A/ Sobre sus posesiones, B/ sobre su casa, C/ y finalmente sobre el. (ver 15-17; 2:7,8). 

Job había soportado la prueba de la prosperidad. Soporto la prueba de la adversidad. Satanás le estaba diciendo a Dios: “Cada hombre tiene su precio. Job se va a doblegar bajo la adversidad”. 

Dios demostró a Satanás que en el mundo hay hombres y mujeres que no son destruidos ni por la prosperidad ni por la adversidad. La lealtad a Dios ni se compra ni se vende, sus hijos están por amor a su Creador, no por interese egoístas. 

El amor nace de Dios hacia el hombre, y el hombre responde con amor a su Dios. En 1º de Cor. 13 nos da la respuesta de Job hacia Dios. 

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no obra sin razón, no se ensancha. . .

Hay hombres cómo Job que no tienen precio; pero no debemos olvidar que la firmeza y la lealtad a Dios tiene un precio. 

No era fácil para Job conservar la fe, ni es fácil aceptar lo que a veces nos repara la vida a los cristianos. Cierto es, que nos podemos olvidad que tenemos un precio, hasta que un día llega la prueba. ¿que arias usted? 

Esta es la gran pregunta para el hijo de Dios hoy día. Cierto es que las pruebas es el medio de Dios de hacer que nos conozcamos a nosotros mismos y desarrollemos una integridad a toda prueba. 

MARANATA.

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