LA HUMILDAD ANTE EL CREADOR.

Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este pueblo tan grande? 1º Reyes 3:9

Esta oración es para todas aquellas personas sinceras que ponen al servicio de Dios sus vidas. Es la segunda oración modelo para el cristiano. 

Es la oración redactada por el Señor para orientar debidamente a los hijos de Dios en la tierra. 

Todos los hijos de Dios son obreros de su palabra, muchos no tenemos facilidad de palabras, y muchos no saben expresar correctamente ante otra persona de mayor capacidad intelectual. 

Dios concede a sus hijos, el don y la guía para este fin, al Espíritu Santo, el nos dará las palabras adecuadas para decirlas y dar el mensaje de salvación. 

Muchos hombre del pueblo de Dios, se creen sabios y creen que están destinados a hacer grandes cosas para el Señor. 

Pero Dios escogió a los humildes, y al sabio que estén convertidos en el Señor, para enseñar a otros. 

Para ello, hay que eliminar de nuestra mente toda idolatría, y sujetarnos de la Omnipotente de un Dios bondadoso. 

Lo que estaba pidiendo Salomón era una mente limpia y un corazón limpio, para discernir los asuntos de Dios y del hombre. 

J. Wesley comenta la historia de un hombre que el creía que era avaro el dice: Este hombre le entrego una suma de dinero para una obra de beneficencia, y le pareció pequeña. 

Wesley se enfado y le hecho en cara lo que le había dado. El hombre con paciencia y amor le dijo: 

“Conozco a un hombre que al comienzo de la semana va al mercado y compra un penique de verdura, y con eso vive los siete días”. 

“¿Quien es ese hombre? pregunto Wesley. “Soy yo”. Contesto el hombre. Yo siempre hago esto, aunque tengo una paga de dos mil libras anuales, así puedo pagar las deudas que había contraído antes de ser cristiano y creer en un Dios misericordioso. 

El hombre juzga mal a las personas, bien por su apariencia o bien porque es tacaño.Fue durante la noche en que Dios se le apareció en visión a Salomón. 

Dios escoge el silencio de la noche para darnos instrucciones a sus siervos. Salomón pidió lo que más necesitaba sabiduría para gobernar su pueblo. 

Todos debemos pedir sabiduría para conducirnos como hijos de Dios y hijas de Dios. 

Y más aun para entender su palabra y obedecerla. 

Vivimos en un mundo, donde se tergiversa la ley de Dios y sus profecías, como Daniel y Apocalipsis. 

Es por eso que es necesaria la sabiduría para no ser engañados. 

Es muy fácil emitir juicio rápidos, y sacar conclusiones precipitadas. Las complicaciones de la vida hace más necesaria que nunca la sabiduría para distinguir la verdad del error.

MARANATA.

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