SER ACEPTABLES AL PADRE.

En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama. Juan. 16: 26-27

Muchos vendar del oriente, América, y de Asia buscando la palabra de Dios. Y en aquel día derramare mi espíritu sobre esas naciones. Mientras que Europa languidece en la palabra de Dios, China se eleva hacía el trono de Dios. 

La intercesión de Cristo ante el Padre, es para oír las oraciones de su pueblo. El Padre ama a sus hijos, y por ende a los apóstoles (ver 27) y estaba dispuesto a responder las oraciones como estaba el Hijo. 

Lo que Pablo destaca es la intercesión de Cristo por medio del sacrificio del Hijo y el Padre ya que ambos intervinieron para salvar al hombre. La justicia de Cristo es semejante a un manto que El pone sobre nosotros un manto de justicia para que seamos aceptable ante El Padre. 

Dios no sólo ama a los que aman a su Hijo. Sino que su amor va más aya de la compresión humana. Ama al mundo (Jun 3:16; cf. Rom. 5:8). 

Cuando el hombre o mujer, responde al amor de Dios, es posible una manifestación del poder de Dios, a través del Espíritu Santo. 

Vemos que Cristo presenta ante el Padre sus méritos y una vida perfecta, y el Padre entonces accede a ver al pecador de manera diferente por causa de los méritos de Cristo. Jesús a través del Espíritu Santo cambia nuestra mente, nuestros conceptos de ver las cosas y nuestro corazón. 

¡El ser humano nunca podrá comprender cuanto nos ama el Padre, y Pablo nos exhorta a cambiar nuestra opinión acerca del Padre! ¡Cuan agradecidos teníamos que estar por el texto citado! 

Recuerdo en tierras Andaluzas, cuando por mas de ocho horas + - estuve orando a mi Padre celestial, le pedí su perdón, y os dijo con todo mi corazón y mi Dios es testigo, que jamas sentí tanta paz en mi corazón como ese día. 

Mi Padre celestial acepto los méritos de Cristo y me concedió la paz y el perdón. Jesús nos dice: “La hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre” (ver.25). 

Los grandes hecho de fe de muchos cristianos sinceros, se demuestra caminando y el camino se hace al andar. 

¡No caminemos solos! La fe de los hijos de Dios, se demuestra haciendo la voluntad de nuestro Padre. 

La fe cristiana se demuestra al andar, por muy torcido que encontremos el camino, o por muchos obstáculos. 

Con tierno amor el Padre nos llama, somos sus hijos, aunque el mundo rechace su existencia. 

Pero tú y yo sabemos por nuestra experiencia que Dios existe y que está dispuesto a ayudarnos por amor de su Hijo.

MARANATA. 

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