SABIDURÍA Y CONOCIMIENTO

Porque a éste es dada por el Espíritu palabras de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu. 1º Cor. 12:8

Dentro de la iglesia de Dios, durante el primer siglo hasta nuestras fechas, Dios a dado el don profético en su pueblo, aquellos que guardan sus mandamientos. 

Ya hablamos de los dones, pero este don profético es un don especial. Estos dones son extraordinarios ya que son dones del Espíritu Santo y que este mora en el hombre oh mujer. Es una obra especial en ellos. 

El Espíritu es el mismo para todos, pero para algunos aspecto se destaca más en unos que en otros. Pablo era especial ¡no! Juan era especial por que recibió el gran mensaje del apocalipsis, ¡no! 

Era el mismo espíritu, pero con funciones muy diferentes, pero todos ellos era para edificar la iglesia. Cada hijo de Dios ocupa un lugar en la salvación del hombre, no todos podemos hacer lo mismo, cada uno ocupa su lugar y tienen que desarrollar ese don de Dios para edificar la iglesia. 

Los dones espirituales de la sabiduría y el conocimiento son ambos dones “verbales”, dones que involucran palabras. 

Pablo menciona “sabiduría” o “sabio” unas 20 veces en los primeros ochos capítulos en 1º de Cor. 

Y declara que el mensaje del Evangelio no dependió de la sabiduría o el conocimiento humano, sino en las palabras que demostraron el gran poder del Espíritu Santo 1º Cor. 2:1-5). 

El ser humano tienen la capacidad de aprender y captar verdades espirituales y disponerlas en una manera ordenada para que otras personas las entiendan. 

Cuando estudiamos las escrituras, con sinceridad y fuera de perjuicios, el Espíritu Santo nos capacita para entender las cosas de Dios. 

Esta compresión de la verdad proviene del estudio metódico de la palabra o de Dios directamente por inspiración. La “palabra de ciencia” es la facultad de hablar acerca de esas verdades, presentándolas ante los amigos o conocidos en su debido orden. 

Aunque estos dones “verbales” son mensajes inspirados y tienen un gran impacto sobre los oyentes, no añaden nada ni contradicen las Escrituras de ninguna forma. 

La fe de la persona sincera capacita a la persona que esta escuchando la palabra. 

El Espíritu Santo toca la sensibilidad de las personas sinceras que quieren saber mas de Cristo y de la salvación eterna.

De ahí que el mundo sea alumbrado por la palabra de Dios, antes de su venida. 

Nuestro deber como creyentes es transmitir todas las profecías a aquellos que las demande de nosotros. Pero la incredulidad es grande en el mundo, pero a pesar de ello, la tierra sera alumbrada del conocimiento de Dios. 

MARANATA. 

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