LOS DEMO NIOS TIEMBLAN

Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. Santiago 2:19

Santiago concede que una fe “muerta” puede acompañar a una teología correcta. ¿Ha pensado usted alguna vez cómo será la teología de los demonios? 

¿Se ha preguntado por qué, si sabe tanto acerca de Dios, no se arrepiente? Santiago hace una pregunta irónica con la de Cristo (Mar.7:9). 

Es esencial que la teología sea la correcta; pero está es sólo un medio para alcanzar el fin más importante una vida cristiana simétrica. 

Santiago indica claramente que los demonios saben que Dios existe y que es un solo Dios -no una colección de divinidades. (Iglesias panteistas).

Pero su reacción a ese conocimiento es que tiemblan de miedo. Tiemblan. Gr. frísso, “erizarse” “están horrorizados”, Los demonios están tan convencidos de la existencia de Dios, que tiemblan ante el pensamiento de su castigo en el juicio final. (ver Mat.25:41; 2º Ped.2:4).

Los ángeles recibieron en conocimiento acerca del Padre por intermedio por Lucifer o el ángel cubridor. 

El padre de la mentira. Satanás no les contó la verdad a Adan y a Eva, ni tampoco a los ángeles. 

Todos sabemos que la consecuencia del pecado es la muerte. El deseo de Satanás que todos los hombres sean destruidos. Así su venganza estará cumplida, y no habrá restauración, solo una terrible experiencia de ira y represalias.

Los ángeles caídos se aferran a este concepto a pesar de lo que diga Dios. Por eso Dios mando a su Hijo para dar testimonio de la verdad. Y a través del Espíritu Santo, conocemos la verdad. 

Y la verdad nos ara libres. Sabemos que los ángeles caídos trataran de desanimarnos, de conducirnos a través de las tinieblas. 

Los hijos de Dios no nos damos cuenta de este poder maléfico. En cierta ocasión acompañe a mi madre a una sesión espiritista, yo era pequeño unos 14 años, vi el poder que tiene estos ángeles y os aseguro que no es bueno tratar con ellos. 

El otro caso que ya os lo conté, que me paso en la ciudad de zaragoza, en la misma iglesia con el joven que negó a Cristo y al Padre como su salvador. 

“Tú y yo sabemos en quien hemos creído” No vivimos bajo una nube de dudas, andando a tientas en la neblina y oscuridad de la incertidumbre quejarnos de las pruebas y de las penas. 

Si clamamos por el Espíritu Santo, él nos conducirá al manantial de aguas vivas, para que nuestra alegría en nuestro Salvador sea gozosa y alegre.

Oiremos una voz de alegría, llena de esperanza y valor, que resonara a lo largo del recorrido en nuestra experiencia cristiana. Pablo tenía esa esperanza religiosa.

MARANATA.

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