El salmista espera con ansiedad que la mañana apareciera para apagar sus angustia.
Pedía como así como la luz del alba disipará la oscuridad , la presencia de Dios desvaneciera toda lobreguez de su alma.
¡Cuán apropiada es las primeras horas de la mañana para alabar a nuestro Señor. La mejoras horas del día deben ser dedicadas a Dios. Cierto amigo me dijo: Cuando voy a dormir, dejo todos mis problemas antes de entrar en casa.
Y acto seguido me pongo de rodillas y oró a mi Dios, pidiendo sus cuidados en esa noche. Y al día siguiente cuando sale el sol, cojo mi maletín abro la puerta y hay están mis problemas del día y juntos nos dirigimos al trabajo para solucionarlos.
David no era tan diferentes como tú y yo. Todos los personajes de la biblia tenían dificultades que afrontar cada día.
Cada mañana pedían la ayuda divina para solucionar los conflictos diarios. Se ponían en manos de su Señor para recibir su amante bendición.
Detrás de un final victoriosos los héroes de la biblia encontraron momentos de lagrimas, temor, desánimo y hasta la voluntad de desistir. David pe hizo un pedido al Señor, al igual que podemos hacerlo nosotros. Sal.25:4.
“Muéstrame” Nuestra perfección espiritual no es muy buena, necesitamos que la luz de Dios se proyecte sobre nuestro camino.
Moisés oró por esa luz (Exo.33:13), y al salmista reconoce siempre su necesidad de ella. Así deberíamos ser nosotros como David y Moisés, reconocer nuestra necesidad de la luz divina en nuestras vidas.
Ellos no esperaban encontrar la solución por ellos mismos. “En ti confiamos”, afirma el texto de hoy; Ellos reconocen la necesidad de tener sabiduría para hacer lo recto delante de Dios.
Tanto Moisés como David no podían encontrar la solución por ellos mismos, Así somos los cristianos de hoy, no podemos encontrar el camino, debemos orar para comprender los caminos de Dios, la oración es la base del fundamento del cristiano.
“En ti he confiado” esa debería de ser nuestra respuesta.
Siempre hay una salida para cada circunstancias de nuestra vida. El secreto de nuestra vida es descubrir cuál es el camino correcto.
Es por eso que el salmista suplica: “Muéstrame, oh Jehová, tus caminos;
Enséñame tu sendas. Sal 25:4 para cada uno de nosotros hoy es la “mañana” que menciona el salmista.
Hay un himno que des “divina luz nº 422.
Donde podemos escuchar la voz d Dios y encarar los desafíos de la vida. “Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma”.
MARANATA.
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