Y vino
una viuda pobre, y echo dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces
llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta
viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca;
porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su
pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento. Marcos. 12:42-44.
En
esta vida damos de la abundancia que tenemos, y los más pobres
ayudan a los que no tienen nada. Es la solidaridad y el amor de
estas personas hacia sus semejantes.
En el transcurso de mi vida, e
presenciado hechos insólitos de personas egoísta donde ellos se
ponen en primer lugar; y no les interesa lo que pase a su alrededor.
En cambio, comprobé que la gente
mas humilde sin casi recursos eran los que más ayudaban a gente
necesitada. Hace muchos años que pertenezco a la organización de
ADRA.
Cada mes repartimos alimentos a personas que no pueden llegar
al mes, y por su situación todos los meses ADRA les ofrece
alimentos.
Pero este año al revisar la documentación de su
situación laboral y económica, nos encontramos con dos casos que
estas personas cobraban 2500 E, (2600 $).
La otra mujer estaba
ganando su marido 2.500 E. Hay personas que se aprovechan de la
situación de los de más para beneficiase ellos mismos.
En este
mundo hay personas que realmente lo están pasando mal, y Jesús nos
da un toque de atención, para que veamos la situación a nuestro
rededor.
Esta viuda pobre que se ganaba el sustento cada día, ese
día no pudo comer, pues ella daba gracias a Dios por cada día que
Dios la alimentaba.
Los fariseos de aquella época y los de hoy, sólo
miran su propio egoísmo. Muchos terratenientes, empresarios etc,
roban al obrero sus necesidades básicas, con salarios denigrantes.
¡No me interesa de que religión sea! El resultado del ser humano es
el mismo, el egoísmo arrogancia del ser humano. Hace mucho tiempo leí una
historia de una niña bondadosa Esto ocurrió en Alaska: Fue en el
año 1964
Llamado el Gran terremoto de Alaska, a las 17:37 de una
magnitud 9,2 MW y una duración de 4 minutos. La esposa del
gobernador recibió cartas con donativos para los afectados.
Todos
daban según sus posibilidades. Pero recibió una carta de una niña
de diez años que decía: Es todo lo que tengo ahorrado son dos
monedas, (diez centavos) “Si Ud. necesita algo más -decía- por favor hágamelo
saber”.
Esto es fe en su mayor expresión, la fe de una niña que
dio todo lo que tenía. Esas niña era una de las que pensaba en la
necesidad de ayudar al menos desfavorecido a pesar de todo.
La viuda
de nuestra historia y la muchachita ilustran una curiosa faceta de la
vida humana. Los ricos rara vez dan todo lo que tienen; pero comprarse un yate que vale 400 millones de dólares eso si se lo permite el bolsillo.
¿No es hora de cambiar el rumbo? Nada
llevaremos al reino de la tumba, solamente la túnica blanca.
Aprendamos a ser solidarios con los más desfavorecidos.
Aprendamos a ser solidarios con los más desfavorecidos.
MARANATA.
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Sal. 62: 7
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