LA LIBERACIÓN DE UN CORAZÓN QUEBRANTADO.

El Espíritu del Señor Jehová es sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, 
a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel. Isa. 61:1

Si tu corazón está quebrantado, si te sientes esclavizado y abatido, reflexiona y profundamente en este mensaje que da la razón por la cual vino Jesús a esta tierra. Vino para sanar tu corazón y el mio y para darnos la libertad. 

El Señor no le agrada que los suyos sean un grupo de plañideras. El quiere que se arrepientan de sus pecados para que puedan disfrutar de la libertad de los hijos de Dios. 

Entonces serán llenados con las alabanzas de Dios y serán una bendición para otros. 

Esto puede parecer exagerado mientras meditas en tu mecedora, o a la sombra de un árbol. 

Eres mas consciente de tu dolor por causa de tu pecado, y por la separación entre Cristo y tú. Pero no es exagerado; es totalmente cierto. 

Tampoco intento yo tener en menos el dolor que puedas sentir. 

Los que hemos pasado por una experiencia amarga de dejar nuestro pecados cultivados, sabemos las lagrimas derramadas por buscar ese perdón y obtener la paz deseada. 

Debido a nuestra naturaleza humana, es fácil que nos espaciemos tanto en nuestra tristeza que perdamos el sentido de la perspectiva; entonces Cristo aparece velado por una niebla. 

Llega a empequeñecerse por la superioridad de nuestras dificultades. Secretamente sentimos que no puede conocer completamente la agudeza de nuestro dolor. Pero él lo conoce. 

¡Oh cuán familiarizado con los quebrantados de corazón. Jesús vino para aliviar el sufrimiento de los que de los que están triste y fatigados por causa del pecado (Mat. 5:3; 11: 28-30; Luc.4:18). 

Cristo se dirigió a la cruz con un corazón agonizante; un corazón quebrantado por causa del pecado, porque desde la cruz podía aliviar al hombre y mujer quebrantados. Cristo es el gran Médico que vino a sanar los corazones y las almas de los hombres. 

El Señor Jesús también fue ungido para dar “a los afligidos de Sión. . . gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado”, y para que fueran llamados “arboles de justicia, plantío, de Jehová, para gloria suya”.

El clamor de la humanidad fue escuchado por un Padre amante en el cielo, y hizo provisión la liberar al cautivo por Satanás. 

Envió a su Hijo a liberarnos de la esclavitud y sanar nuestro corazones quebrantados. 

Cristo nos conduce al trono de la gracia, donde el Padre derrama sus bendiciones sobres los hijos de los hombres. 

 El año de la buena voluntad de Jehová es cuando sientes su perdón y una renovación en tu interior.
Es la manifestación de la gracia salvadora.

MARANATA.

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Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7