sábado, 2 de noviembre de 2019

DIOS DE LA INTELIGENCIA.


Recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros. Hech.1:8
Cuando decidimos seguir al Señor por la senda que el nos traza, y somos fieles a Dios el poder del Espíritu Sano obra en nosotros. Esta es la condición del éxito en la senda cristiana. 

Ninguna otra cosa bastará. Puede haber nacido pobre, príncipe, noble, Marques o conde, ser un gran científico en cada campo que hay, eso no importa no puede asegurar el éxito. 

Solamente el poder del Espíritu Santo suple la necesidad. Sólo cuando tienes ese poder en ti, el fracaso resulta imposible. 

Este poder es para testificar y da (1) poder interior, (2) poder para proclamar el Evangelio, (3) poder para cambiar nuestro carácter, (4) y poder para morir en Cristo. 

Cristo comenzó la obra que había hecho en la tierra, y seguirá haciéndola aun mayores en nosotros (Jun.14:12). 

No obstante, no supongas por un solo momento que el hecho de tener el Espíritu Santo significa que en el cristianismo no queda lugar para ejercicio de las facultades intelectuales. 

Es cierto que la causa de Cristo puede perder todo efecto mediante la “sabiduría de las palabras”, pero puede anularse aún más su efecto por falta de sabiduría. 

El cristiano sincero, puede testificar con su palabra y sobre todo con sus hechos. Este es el gran Hándicap si tus hecho no están a la altura de tu profesión de fe. 

Por ejemplo: Algunas personas buenas pero melancólicas y equivocadas, sustituye la piedad por la monotonía. Considera sagrada la aridez. 

Para ello la señalan la gracia es estacionar la mente fuera de la iglesia antes de entrar a hacer la santa cena con Dios. Esta actitud es poco menos que un sacrilegio. 

A los seguidores de Cristo se le exige hoy que den un testimonio personal de lo que creen y de lo que practican. El propósito de Dios es salvar a la mayor cantidad de hombres y mujeres para el reino de Dios. 

Pero el hecho es que sin la inteligencia, sin la consagración, y sin reverencia a las cosas de Dios, resulta imposible ser un hijo de Dios. 

“Examinadlo todo, retener lo bueno” “Amarás pues al Señor tu Dios. . .de toda tu mente” (1º Tes.5.21; Mar. 12.30). 

El cristiano debe de consagrar cada don que tiene a Dios. La realidad es que mucha gente no profundiza en las cosas del Señor. 

Y él Señor pide una reflexión más genuina en estos tiempos en que vivimos. 

El poder de Dios concedido a través del Espíritu Santo enriquecerá y santificara cada don que le entreguemos con humildad y consagración. 

Si permitimos que el Espíritu Santo more en nosotros, cada una de nuestras debilidades puede usarse para gloria de Dios.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS LECTORES.
Notificación: Estimados lectores de este blog. Oren por mi salud y por este proyecto Sal. 62: 7

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