sábado, 18 de enero de 2014

VIVAMOS LA VIDA CON EL TEMOD DE DIOS.

Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tu fuerza; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra,ni industria, ni ciencia,ni sabiduría. (Ecl.9:10).

Un texto que nos debería hacer pensar, muchos o la gran mayoría de los hombre, piensan que cuando mueren van al cielo; cual lejos están de la realidad.Desde la edad llamada Oscura, desde el año 539 d.C, donde estaba prohibido leer la Biblia, la ignorancia del pueblo era grande en gran manera, la Iglesia le convenía esta situación para así dominar la mentes de las personas.  Y así dejar en oscuridad la palabra de Dios, hasta que Lutero en los días de la reforma, Dios saco al hombre de las tinieblas, y la luz resplandeció.

Lo cierto es que Dios da habilidades, pero ésta debe centellar o alumbrar y manifestar su poder. Recuerdo a una viejecita de 92 años, u hija de 65 años, esta mujer sufrió mucho cuando la guerra de España. Conoció el Evangelio, y desde entonces no dejo que la luz se apagara.  Fue un faro en las tinieblas, yo tengo grabado en mi memoria, los ratos que pasaba al hecho de su cama, ella natía 88 años, todas las semana le hacia una visita para animarla. ¡oh! El animado era yo, cuando salia de su casa, era una mujer de oración, había noche que no dormía, y en su lecho sufría su enfermedad. 

Ella me decía: Josúe, la oración es la mano derecha de Dios, si la sueltas te hundiras. Esta mujer de fe, murió en una residencia, cuando se entero que su hija había muerto, a los 68 años,no pudo resistir tal dolor, pero su última oración fue agradecer a Dios el haberle conocido.  Los que conocieron a esta mujer, tendrán en su corazón, los ratos agradables que pasaron con ella hablando de la grandeza de Dios, y de la resurrección de los muertos cuando Cristo Vengan en gloria y Majestad.

Ella recordaba esta promesa: "Ellas [sus promesas] satisfacen a los solitarios, a los abatidos por la pobreza, a los ricos, a los enfermos, a los afligidos; todos pudieran tener la ayuda apropiada si las vieran y las abrazaran por medio de la fe.  Dios distribuye sus bendiciones en nuestro camino para iluminar el escabroso sendero de la vida, y nosotros queremos recibir todo el consuelo y la muestra del amor de Dios con corazones agradecidos". (TMK. 213).

"Así como un padre terrenal anima a su hijo para que vaya a él en todo momento, así también el Señor nos anima a deponer ante él nuestras necesidades y perplejidades, nuestra gratitud y nuestro amor.  Cada promesa es segura". (6 C.B.A. p.1116)

Esta mujer creía firmemente en las promesas, que podemos encontrar en su palabra.


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