miércoles, 22 de enero de 2014

EN LA PRESENCIA DE DIOS.

A Jehová he puesto siempre delante de mí.  Porque esta a mi diestra no seré comovido.(Sal. 16:8).

Mis días de colegio en Walla Walla fueron señalados por la amistad con la cual el profesor A. O. Johnson honró grandemente mi juventud.  Yo solía encontrar profunda inspiración al acercarme a este veterano de la causa de Dios; un hombre de profundos conocimientos y comprensión.

Era vigorizador tratar con él algunos de los problemas  y oportunidades de la vida.  Durante una de esas inolvidables veladas pasadas en su estudio, examinando documentos y conversando, me aventuré  a dirigirle la siguiente pregunta:  "Profesor Johnson, ¿cuál es el mayor pensamiento que Ud. ha tenido, juzgado por el efecto que tuvo en su vida?"  Después de un momento de relexión, llego la respuesta. "Si pudiera expresarlo en el lenguaje del salmista, diría: "El Señor está a mi diestra".

Vez tras vez he considerado esta sencilla declaración y con el ir y venir de los años se ha vuelto cada vez más maravillosa.  Este hombre de Dios tenía razón.  El mayor pensamiento que podamos tener es el de la presencia divina.
La palabra del salmista nos recuerda el mismo  pensamiento expresado por San Pablo cuando informó: "El Señor me ayudó, y me esforzó" (2º Tim. 4:17).

Senti la presencia de Dios es una condición sin la cual no existe vida abundante.  Debemoscaminar constantemente en la presencia de Dios, o de otra manera nuestra existencia  es seca, estéril y árida.  Cuando él esté a nuestra diestra, no fracasaremos, porque nuestra mente estará gozosa y nuestra alma descasará en perfecta seguridad.
Ningún poder terrenal, ninguna habilidad, ningún conocimiento, pueden reemplazar la presencia de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario