domingo, 15 de abril de 2012

LA AFLICCIÓN NOS ENSEÑA.

Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. 2 Cor. 4: 17.

Aunque el Señor no prometió eximir a su pueblo de tribulación, le prometió algo mucho mejor. Le dijo: "Como tus días serán tus fuerzas". "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad". (fotos. Los valdenses fueron perseguidos, torturados y ejecutados. Desde el año 1181,1179, 1217)

Si somos llamados a entrar en el horno de fuego por amor de Jesús, él estará a nuestro lado, así como estuvo con los tres fieles en Babilonia.

Los que aman a su Redentor se regocijarán por toda oportunidad de compartir con él la humillación y el oprobio. (foto. ¿Olvidara la mujer de lo que engendró, para dejar de compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque se olvide ella, yo no me olvidare de ti.).

El amor que sienten hacia su Señor dulcifica el sufrimiento por su causa.
En todas las edades, Satanás persiguió a los hijos de Dios. Los atormentó y ocasionó su muerte; pero al morir alcanzaron la victoria.

En su fe constante se reveló Uno que es más poderoso que Satanás. Este podía torturar y matar el cuerpo, pero no podía tocar la vida escondida con Cristo en Dios. Podía encarcelar, pero no podía aherrojar el espíritu. Más allá de la lobreguez, podían ver la gloria y decir:

"Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse" . . . (foto. Bienaventurado aquel en cuya ayuda es Dios de Jacob, Cuya esperanza es en Jehová su Dios).

La iglesia de Dios, perseguida y aborrecida por el mundo, se educa y se disciplina en la escuela de Cristo. En la tierra, sus miembros transitan por sendas estrechas y se purifican en el horno de la aflicción.

Siguen a Cristo a través de conflictos penosos; se niegan a sí mismos y sufren ásperas desilusiones; pero los dolores que experimentan les enseña la culpabilidad y la desgracia del pecado, al que miran con aborrecimiento.
(foto. Así empero dice Jehová: Cierto, la cautividad será quitada al valiente, y la presa del robusto será librada; y tu pleito yo lo pleitearé, y yo salvare a tus hijos. Isa. 49:25).

Siendo participantes de los padecimientos de Cristo, están destinados a compartir también su gloria.-DM 29, 30. 77
G. W.

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